A los que alguna vez nos hemos sentido atraidos por lo oriental, no nos puede dejar indiferentes la obra de Edward W. Said.
La mejor metáfora de “desorientación”, es la de Colón, que ávido lector del Libro de las Maravillas de Marco Polo, pensaba que los lugares que descubría eran aquellos sobre los que había leído, y así La Española debía ser Cipango, y la tierra firme Cathay.
Para Edwars E. Said, el orientalismo es una invención europea, más valioso como signo de poder sobre oriente, que como discurso verídico.