Michel Houellebecq es un escritor de tesis. En sus novelas el relato no es más que una excusa para diseccionar sin piedad la sociedad en la que vivimos. El dictamen de Houellebecq sobre nuestra sociedad no puede ser más deprimente: carecemos de sentido y nos debatimos en un mundo cruel y absurdo, en el que el sexo es lo único que de una manera imperfecta y efímera nos puede proporcionar un poco de ese contacto humano que tanto nos falta. Pero incluso el recurso al sexo es una estrategia condenada al fracaso.
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