La semana pasada tuvo lugar en la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo, el encuentro University 2.0, sobre el uso de la Web social en el entorno universitario.
Más allá de la etiqueta 2.0, la idea de fondo era estudiar las posibilidades ofrecidas por la tecnología para crear nuevos modelos de aprendizaje, apropiados a la generación Google.
En la presentación de Alejandro Piscitelli, podemos ver en qué medida el cambio tecnológico ha creado un entorno nuevo para la difusión del conocimiento, al que la universidad no debería permanecer ajena.
Debajo de las etiquetas, y del fetiche tecnológico actualmente de moda, está el debate sobre el modelo de universidad que queremos, pues de lo contrario, en palabras de Piscitelli, los cambios sólo serían "una excusa para muchos para seguir haciendo lo mismo de siempre, pero bendiciéndolo con acrónimos vaciados de contenido".
En relación con esto, nos hacemos eco del debate que estos días se ha suscitado en la prensa sobre el tradicional sistema de las clases magistrales.
En un artículo aparecido recientemente, el profesor José Lázaro, proponía la necesidad de "enseñar a leer" al alumnado, en el sentido de descubrir las distintas ideas que la misma lectura de un texto puede suscitar, compartirlas y profundizar sobre ellas. Pocos días después podíamos leer la respuesta que el profesor Joan B. Cullá i Clará, daba en ese mismo diario, en la que defendía la clase magistral, como la mejor forma que tiene el docente, para captar de forma instantánea la reacción de sus palabras en el alumnado, y aclarar, enfatizar o reiterar aquellos contenidos que lo precisen.
Más allá de la cuestión de las clases magistrales, existe el acuerdo general de que para favorecer el aprendizaje, se le debe ofrecer al alumno una enseñanza participativa, que le permita insertar lo aprendido en su experiencia personal y hacer de él una persona competente y creativa, capaz de manejar los conocimientos adquiridos.
El modelo que quiere implantar Bolonia, o las tecnologías 2.0 pueden ayudar, pero el principal problema es contar con los medios y el entusiasmo necesarios para que los conocimientos que la universidad imparte se sientan como algo vivo, y adaptado a las necesidades de la sociedad.
#uimpuni20