Hace unos años, en una fase de lecturas soviéticas me compré el libro Una novela rusa de Emmanuel Carrère, que parecía prometedor. El autor, del que yo no había leído nada hasta entonces, narra su viaje a Rusia para filmar un documental y al mismo tiempo investigar sus raíces y la historia de su abuelo desaparecido en 1944. No me gustó porque contaba muchas otras cosas que me produjeron una horrible decepción; además, su relato me pareció el de un burgués, inseguro, pijo, snob e insoportable y me prometí a mi misma no volver a leer nada de él.
[Seguir leyendo] El alma rusa y otros misterios sin resolver