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La Biblioteca Informa al Bibliotecario

   Nº 3
Abril 2005

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La Escala de Auxiliares de Archivos, Bibliotecas y Museos de la Universidad Complutense de Madrid : 25 años de historia

Fila superior de izda. a dcha.: Margarita Fernández Villa, Rafaela González Castrillo, Mª Luisa García-Ochoa, Blanca Carbonell, Ana González Castrillo. Fila inferior de izda. a dcha.: Cristina Gállego Rubio, Rosa Mª Rodríguez Durantes, Esperanza Tineo, Ana Liter

 

El pasado año se cumplieron 25 años del nombramiento de la primera promoción de funcionarios de la Escala de Archivos, Bibliotecas y Museos de la Universidad Complutense de Madrid. Dos años más tarde, en 1981, se incorporaría la segunda promoción.

La creación de la Escala de Auxiliares en 1977, la posterior convocatoria de oposiciones el 26 de junio de 1978 y el nombramiento de los nuevos funcionarios el 29 de octubre de 1979, supone uno de los acontecimientos más importantes de la historia de la Biblioteca de la Universidad Complutense. Por primera vez, la Universidad contaba con bibliotecarios propios. Hasta la fecha, los bibliotecarios profesionales que había en la Biblioteca Universitaria pertenecían al Ministerio de Educación y Ciencia. Eran numéricamente escasos, de ahí que muchos de ellos asumieran la dirección de dos o tres bibliotecas de centro a la vez. Además eran bastante eventuales, pues cambiaban con frecuencia de destino.

Hay que resaltar asimismo que el año 1979, fue también significativo por la aprobación del Reglamento de la Biblioteca, el cual actualmente sigue vigente.

A lo largo del siglo XX se pueden distinguir varias etapas en la evolución de la Biblioteca Universitaria. Una de ellas, fue sin duda, la protagonizada por Javier Lasso de la Vega, que asumió la dirección de la Biblioteca en 1932 y fue el artífice de un gran desarrollo que quedó truncado por la Guerra Civil. Con Lasso de la Vega se unificaron las bibliotecas de las distintas facultades, que venían funcionando de forma independiente desde 1897, se hizo un organigrama de la biblioteca, se normalizaron algunos procesos y servicios. En definitiva, se logró el reconocimiento de la Biblioteca dentro de la Universidad, tal y como lo demuestra la aprobación del Reglamento de 1933. Los años posteriores serían de reorganización, pues hay que tener presente que, después de la guerra, la Universidad quedó muy dañada y, por tanto, su biblioteca.

A partir de los años 70 se produce un gran aumento en el número de alumnos, se crean nuevas facultades, pero el personal que atiende las bibliotecas es el mismo e incluso cada vez más escaso, lo que obliga a la contratación de personal poco cualificado. Nuevamente, la Biblioteca de la UCM y, en general, todas las bibliotecas universitarias españolas, se caracterizan por la falta de reconocimiento dentro de la Universidad, la dispersión de fondos bibliográficos, la falta de coordinación y estructura de los servicios bibliotecarios, la inadecuación y pobreza de recursos, humanos, espaciales y económicos.

Será a partir de los años 80, cuando como consecuencia del reconocimiento en la Constitución Española de 1978 de la autonomía universitaria y con la entrada en vigor de la Ley de Reforma Universitaria en 1983, las universidades y, por tanto, sus bibliotecas se reorganizan.

La creación de la Escala de Auxiliares se debió en gran parte a los esfuerzos que en este sentido realizaron el Vicerrector de Extensión Universitaria, Profesor Dr. José Alcina Franch , así como el Director de la Biblioteca, en ese momento, D. Fernando Huarte Morton.

Los 87 bibliotecarios de la Universidad Complutense que se incorporaron a su Biblioteca entre 1979 y 1981 (46 en la primera promoción de 1979 y 41 en la segunda de 1981) se encontraron con una situación muy diferente de la que tenemos en la actualidad en la Biblioteca Complutense. Esta estaba formada por una red de bibliotecas de facultad, escuelas universitarias, seminarios, etc., con gran autonomía propia en los procesos y servicios.

A partir de la incorporación de profesionales bibliotecarios de la propia Universidad junto con el respaldo que suponía la existencia de un Reglamento del servicio se fueron organizando y centralizando muchas colecciones que estaban dispersas en pequeñas bibliotecas y por tanto eran desconocidas e inaccesibles para gran parte de la comunidad universitaria, se fueron normalizando los procesos y los servicios, así se fue imponiendo el sistema de libre acceso, normalizando las adquisiciones, la catalogación. Todas estas tareas fueron realizadas por los nuevos auxiliares, muchos de los cuales incluso tuvieron que asumir la jefatura de algunas las bibliotecas.

En 1987 estos auxiliares pasaron a una nueva Escala de la Universidad, la Escala de Ayudantes de Archivos, Bibliotecas y Museos. Accedieron a ella 68 personas. El resto ya se había marchado a otras instituciones.

Trascurridos 25 años y dada la importancia que tuvo la Escala de Auxiliares, el verano pasado se realizó una comida en la Facultad de Medicina para celebrar este aniversario, a ella acudieron muchas personas que hoy no están en la Universidad pero que tienen un gran recuerdo de su paso por ella.

La Escala de Auxiliares protagonizó un importante capítulo de la historia de la Biblioteca de la Universidad Complutense, luego le han sucedido otros, no menos importantes, como han sido las tecnologías de la información y de la comunicación, pero impersonales y por ello carentes de sentimientos, como el del entusiasmo que tenían aquellos primeros bibliotecarios complutenses.