Politicorum libri [Manuscrito] / Aristóteles ; traducción de Leonardus Aretinus. Liber de remediis fortvitorum / Seneca. Iheronimus de Seneca in cathalogo sanctorum. Epistole ad Paulum [et Pauli ad Senecam] / Seneca. Comentum super libro Economicorum ; Exordia epistolaria et proemio in genere dubio ; Opusculum philosophicum ; Isagogicon moralis disciplina / Leonardus Aretinus Publicación [s. 15] BH MSS 114
El manuscrito 114 es un buen ejemplo de la cristianización de la figura de Séneca y, a la vez, del desconocimiento de su auténtica obra a lo largo de la Edad Media.
Opera [De vita beata ; De studiis liberalibus ; De providentia ; De constantia sapientis] /Lucio Anneo Seneca. Proverbia "Amonestamientos y doctrinas" ; [En castellano:] Cinco libros de Séneca, trad. y glosados por Alonso de Cartagena / Pseudo-Seneca. Sevilla : Meinardo Ungut y Estanislao Polono, 28 mayo, 1491 BH INC I-151
Alonso de Cartagena (1384-1456), fue una de las figuras fundamentales del humanismo castellano en la primera mitad del siglo XV y, además, como persona de gran influencia en la corte de Juan II, jugó un papel decisivo en la política interior y exterior de la corona de Castilla. En su amplia y variada producción sobresalen las traducciones de algunas obras de Cicerón (De officiis, De senectute), que fueron realizadas antes del año 1422 y constituyen una de sus primeras tareas literarias. Posteriormente su interés se centró en la obra de Séneca, autor que sintonizaba más con las ideas cristianas que Cicerón.
Opera L. Annaei Senecae ... / per Des. Erasmum Roterod. et Matthaeum Fortunatum... sic emendata, ut ad genuinam lectionem minimum desiderare possis : adjecta sunt scholia D. Erasmi... in bonam partem operis, Beati Rhenani in ludum de morte Claudii Caesaris, Rodolphi Agricolae in declamationes aliquot commentarioli, Fernandi Pinciani castigationes in universum opus Publicación Basileae : [Johann Herwagen], [1540?] BH FLL 10702
Erasmo de Rotterdam fue el primer editor de las obras completas de Séneca. A la primera edición de Basilea (1515), de la que el mismo Erasmo se avergonzaba por su mala calidad (comperi sic tractatum opus ut me vehementer puderet eius aeditionis), siguió una segunda en la misma ciudad en 1529, muy mejorada gracias a los trabajos filológicos de Beato Renano, Mateo Fortunato, Rodolfo Agrícola y Hernán Núñez de Toledo (Fernandus Pincianus). El ejemplar que mostramos es una reedición de fecha incierta -alrededor de 1540-, realizada también en Basilea.
L. Annaei Senecae ... Opera quae extant omnia / Coelii Secundi Curionis vigilantissima cura castigata ..., Basileae : per Ioannem Heruagium et Bernardum Brandum, 1557. BH FLL 16420
De la segunda edición de las obras completas realizada por Erasmo en 1529 se hicieron muchas reediciones, como la que acabamos de ver, y refundiciones, como la que realizó el humanista italiano Celio Secundo Curio (1503-1569), impresa en Basilea en el año 1557 por otra figura del humanismo, Johann Herwagen, quien, además de imprimir muchas obras reformistas y clásicas, mantuvo también una relación profesional y de amistad con Erasmo.
L. Annaei Senecae operum tomus secundus / Cum emendationibus [et] notis M. Antonij Mureti ; Accedunt Animaduersiones Jani Gruteri studio concinnatae ... [S.l.] : Sumptibus Joannis Le Preux, 1594-1595. BH FLL 35531(2) BH FLL 35531(1)
Tras las ediciones de Erasmo, Antonio Muret publicó en Roma en 1585 otra excelente edición, acompañada por primera vez de comentarios filosóficos, que tuvo gran éxito a finales del siglo XVI. Las publicaciones de Janus Gruter de 1594 y 1595 siguen el ejemplo de Muret.
Flores de L. Anneo Seneca / traduzidas de latin en romance castellano, por Iuan Martin Cordero ... Publicación En Anuers : en casa de Christoforo Plantino, 1555 BH FOA 746
Juan Martín Cordero, nacido en Valencia en torno al año 1530 en el seno de una familia de origen converso, fue uno de los muchos jóvenes españoles que a mediados del siglo XVI estudiaron fuera de nuestras fronteras (París, Lovaina), vivieron intensamente los debates filosóficos y religiosos del momento y se relacionaron y buscaron apoyo entre los personajes más importantes de la Corte. Tras su estancia en Francia, Inglaterra y Países Bajos, regresó a Valencia en 1563 y murió entre 1584 y 1588.
En su obra literaria destacan especialmente las traducciones. Un ejemplo destacado es su versión al castellano de las Flores de Séneca, selección de dichos del filósofo que había realizado y editado Erasmo en 1528. Las Flores fueron publicadas en Amberes en 1555 por su amigo Cristóbal Plantino y demuestran la influencia de las ideas de Séneca y de la figura de Erasmo entre los intelectuales próximos a la Corte.
L. Annaei Senecae philosophi et M. Annaei Senecae rhetoris quae extant opera ad vetrum exeplarium fidem nunc recens castigata ... accessere loci communes ex utroque Seneca facti auctore D. Gothofredo I.C. Parisiis : apud Hadrianum Perier ..., 1607 BH DER 10821
L. Annaei Senecae philosophi opera omnia ex ult. I. Lipsii emendatione et M. Annaei Senecae rhetoris quae exstant ex And. Schotti recens Publicación Amsterodami : apud Guilj. I. Caesium, 1628. BH FLL 9657
El gran polígrafo belga y amigo de Justo Lipsio, el jesuita Andreas Schott (Andrés Escoto) realizó a principios del siglo XVII (Lyon, 1604) una edición de las obras de Lucio A. Séneca el filósofo y de su padre Marco A. Séneca el rétor. La obra que mostramos combina la edición de Justo Lipsio de las obras de Lucio y la de Andreas Schott de las de Marco.
Seneca, Lucio Anneo, ca. 4 a.C.-65 d.C.
L. Annaei Senecae ... Opera quae exstant omnia / a Iusto Lipsio emendata et scholiis illustrata. Antuerpiae : ex Officina
Plantiniana Balthasaris Moreti, 1652. BH DER 8859
Las numerosas ediciones de las obras completas de Séneca aparecidas en la segunda mitad del siglo XVI culminaron con la grandiosa edición de Justo Lipsio (Amberes 1605), acompañada de comentarios filosóficos. La obra, numerosas veces reeditada, fue la edición mas importante de Séneca en todo el siglo XVII. En la publicación que mostramos destacan la belleza y calidad de los grabados.
Siete libros de L. AE. Seneca / traducidos por el Lic.do Pº Frz. Nauarrete ..., Madrid : en la Imprenta Real, 1627. BH FLL 31163
El gran declive que sufrió la sociedad española de principios del siglo XVII contribuyó al auge de las ideas estoicas. Fruto de ese ambiente son las traducciones al castellano de las obras de Séneca publicadas en las primeras décadas, de las que la Biblioteca Marqués de Valdecilla posee notables muestras: Gaspar Ruiz Montiano, Luis Carrillo y Sotomayor, Pedro Fernández Navarrete o incluso Francisco de Quevedo. Un rasgo común a todos ellos es el intento de presentar las ideas de Séneca compatibles con el cristianismo o, más aún, de convertir al mismo Séneca en cristiano.
Pedro Fernández Navarrete, además de escritor fue un personaje importante en la Corte (Consultor del Santo Oficio, Capellán Real y Preceptor del Cardenal Infante). Aunque es más conocido por sus obras políticas (Conservación de monarquías y discursos políticos), fue también el más importante de los traductores españoles de Séneca en el siglo XVII. En el volumen que presentamos, de cuyo éxito dan fe las doce ediciones realizadas, tradujo De providentia, De vita beata, De tranquillitate animi, De constantia sapientis, De brevitate vitae, De consolatione ad Polybium y la colección de fragmentos De paupertate. Además publicó dos años después Los libros de beneficiis de Luçio Aeneo Seneca a Aebuçio Liberal / traducidos por el Lido. Po. Fernandez Nauarrete. De ambas obras se conservan ejemplares en la Biblioteca Marqués de Valdecilla.
De los remedios de cualquiera fortuna...traducido por don Francisco de Quevedo Villegas...Madrid, 1787. BH FLL 10858
Dentro de la amplia obra de Francisco de Quevedo, en la que el pensamiento de Séneca es uno de sus ejes fundamentales, poseen un lugar destacado sus traducciones de filósofos estoicos: el Manual de Epicteto (Epicteto [e]spañol en verso con consonantes), el Carmen admonitorium falsamente atribuido a Focílides, Noventa epístolas de Séneca, traducidas y anotadas, de las que sólo conocemos once, y De los remedios de cualquier fortuna, una de las obras apócrifas de Séneca. De esta última obra veremos dos ejemplos tomados de una edición posterior de 1787.
Dotrina moral de las Epistolas que Lucio Aeneo Seneca escriuio a su amigo Lucilo. traducido del latin en varios metros por Juan de Herrera y Leyva [Manuscrito]. 1644 BH MSS 470
Un curioso ejemplo de la influencia del pensamiento senequiano en la literatura moralizante de tinte cristiano durante el siglo XVII lo constituye este casi desconocido manuscrito, único ejemplar existente de la Dotrina moral de las Epistolas que Lucio Aeneo Seneca escriuio a su amigo Lucilo compuesta por el agustino fray Juan de Herrera. El autor, a pesar de que declara haber traducido las Epístolas "del latín en varios metros", en realidad se ha limitado a parafrasear en verso los mismos 70 capítulos de una obra homónima de Juan Melio de Sande (Madrid, 1612). Hemos elegido para la exposición el capítulo 40, correspondiente a una selección de fragmentos de la epístola 41 de Séneca. El propio título nos revela los dos ejes fundamentales de su contenido: la presencia de un dios en el interior del hombre ("que Dios vive en todo hombre", tomado del prope est a te deus, tecum est, intus est de Séneca) y la importancia de la razón.
En los textos de Séneca se manejan muchos preceptos que coinciden con la idiosincrasia del cristianismo: la importancia de la resignación, la aceptación de las situaciones difíciles, la negación de los impulsos carnales, el desdén por lo material. Difícil se hace poder afirmar que Séneca fuera uno de los primeros ideólogos del cristianismo, pero sí ha influido en escritores cristianos de gran calado en la Edad Media. En concreto Tertuliano lo cita como Seneca saepe noster ("Séneca, frecuentemente nuestro"). Los primeros escritores cristianos consideraban a Séneca solamente un pagano, vecino espiritualmente al cristianismo, pero estaban lejos de creer en su conversión. Pensaban que podría haber sido cristiano si alguien le hubiera guiado a la fe. En palabras de Quevedo "No hago a Séneca teólogo cristiano; rescátole del filósofo necio y de la calumnia de Mureto".
En el planteamiento de Séneca el único camino que queda al filósofo es el de volver a su propia interioridad y esforzarse por lograr una total independencia frente a lo exterior. La virtud sólo aparece cuando el hombre se autorregula bajo los dictámenes de la razón sometiendo las pasiones y los instintos. Mediante esta sumisión puede el alma conseguir la apathia, y con ella la felicidad. La verdadera sabiduría consiste en aceptar el destino serenamente sabiendo que es lo mejor para el ser humano, ya que el universo está regido por Dios y el destino es providencia.
Séneca es profundamente espiritualista en su concepción de la naturaleza. Admite la inmortalidad del alma -aunque el alma de Séneca no es el alma cristiana sino el alma inmortal de Platón, la psyché, o el lógos de los estoicos- y aparece en él la idea de un dios supremo, aunque todavía envuelto en oscuridades. No duda de la existencia de Dios, pero no explica cuál es su naturaleza. Unas veces parece confundirlo con el Todo del mundo cayendo en un panteísmo. Otras veces, sin embargo, sobre todo al tratar de la providencia, parece defender la idea de un Dios personal. Lo que se puede decir es que el Dios de Séneca es una realidad trascendente al mundo.
Sabio para Séneca es el que llega a ser libre, mediante el señorío de sí y la obediencia a la Naturaleza. El que esto consigue, vive lleno de gozo inconmovible, que tiene en el alma su origen y manantial. Animado por la virtud de la fortaleza, desprecia los temores que perturban al hombre vulgar. Vive despegado del afán de riquezas, gozando de la amistad de todos. Elevado por la sabiduría, es semejante a los dioses. Como se ve, hay un paralelismo grande entre Séneca y el cristianismo pero es el cristianismo el que bebe en las fuentes del estoicismo el concepto de virtud como quietud, como deseo de no multiplicar las necesidades, como apathia y no al revés. Lo mismo con la idea de interioridad, de alma, de dios. El cristianismo hace suyos esos conceptos readaptándolos y llenándolos de un sentido que no tenía el estoicismo.
L' esprit de Seneque , ou Les plus belles Pensées de ce Grand Philosophe : einsegnant l'art de bien vivre. Pour servir de guide à conduire nos passions, pratiquer la vertu, & fuïr les vices ..., Bruxelles : Chez S. t'Serstevens ... , 1706. BH DER 18497
Séneca, pasado el gran boom del neoestoicismo que presidió buena parte del siglo XVII, ha continuado siendo en muchas épocas y lugares un modelo de conducta. Un ejemplo lo constituye este espíritu de Séneca o los más bellos Pensamientos de este Gran Filósofo, que enseñan el arte de bien vivir. Para servir de guía a fin de conducir nuestras pasiones, practicar la virtud y huir de los vicios.
Aumentado con la Muerte y las últimas Palabras de este Filósofo.