Estaba el otro día dándome unas vueltas por los anillos de Saturno con la sana intención de apreciar, o mejor dicho, pasear mi vista por las mozas -casaderas o no- que se cruzaran en mi camino, y que por su lozanía -espléndida lozanía. ¡Vive Dios!- de algunas de ellas, fuesen un contento para mi ánimo. Cuando detuve un instante mis pasos, y reflexioné, varado como estaba en el polvo galáctico, y me dije:
[Seguir leyendo] Por un anillo