Había pasado mucho tiempo desde el último contacto (según la medida terrestre). Nombres como Quetzalcóatl y Viracocha solo eran parte de leyendas de algunos pueblos primitivos. Pero ya los habitantes del tercer planeta habían alcanzado un desarrollo técnico lo suficientemente grande como para poder establecer contactos con civilizaciones de otros mundos. Los dos exploradores sobrevolaron el tercer planeta en una nave de reconocimiento. Habían adoptado formas terrestres, las formas que según imágenes tomadas previamente eran las más gratas y bellas para los habitantes de este mundo: eran altos y rubios, de ojos azules y vestían trajes de contención interestelares adaptados al protocolo, llenos de broches, estrellas y cremalleras incluyendo protectores ópticos de luz visible (la luz solar era muy fuerte para ellos).
[Seguir leyendo] Contacto de tercera fase