¿Quién no ha querido alguna vez tener superpoderes? En las películas los superhéroes tienen poderes como volar, tener supervisión, leer la mente, detener el tiempo o ser invisible. Todo ello muy útil para combatir a los malvados de turno y salvar a la humanidad. Pero claro, esto es lo que pasa en las películas, no en el mundo real, pero... ¿qué pensarían si les digo que yo sí que he tenido un superpoder especial durante toda mi vida? Supongo que no me creerían, no les culpo, y los pocos que me creyeran pensarían que soy un egoísta que no he hecho nada con mis poderes para ayudar a mis congéneres. Ahora bien, la triste verdad es que en el mundo real los poderes no son tan magníficos como en la ficción. Mi poder me ha sido útil, no lo voy a negar, pero no he encontrado ningún modo de mejorar el mundo con él, y no creo que nadie hubiera podido hacer con él mucho más de lo que he hecho yo, porque mi poder es bastante curioso: hago que los melones sepan muy (pero que muy) bien.
[Seguir leyendo] Corazón de melón