Hermeneus se distraía con un proceso secundario de su misión, el catálogo de sistemas estelares. Prestaba especial atención a aquellos con planetas, de los cuales podría emerger un pedazo de metal como aquel que había dado inicio a su travesía. En vez de fugaces viajeros salidos de una pequeña roca, le era común encontrar gigantes gaseosos, hechos de colores vivos y frenéticas nubes, que saturaban sus sensores como llamas bailando en una fogata. Sus cavilaciones acerca de la atmosfera y el interior de estos planetas se veían interrumpidas cuando estos colosos de gas desaparecían de su campo de visión, la despedida siempre le generaba una fugaz, pero verdadera tristeza. No importaba, se consolaba pensando que estos planetas gaseosos eran comunes a través de la galaxia, pronto los vería nuevamente.
[Seguir leyendo] Azul celeste