Parece un tópico, pero la casa de Carlos Saura es un remanso de paz al pie de la montaña. Vive allí tranquilo, con su familia, sus perros, sus libros, sus cientos de cámaras de fotos y sus premios, a los que no parece tenerles demasiado aprecio porque ocupan estantes bajos, alfeizares de las ventanas o huecos en cualquier mesa, así que empezamos hablando precisamente de esos premios.
Entrevista a Carlos Saura: "No me interesan nada mis películas, porque son como la vida, que la vas dejando atrás"