En julio de 2014 todos los países se ponen de acuerdo para lanzar un producto a la atmósfera con la intención de frenar el cambio climático. Como es previsible, la cosa sale muy mal y aceleran una nueva era glacial. Los pocos supervivientes son aquellos que se han metido en el estrambótico tren de un millonario más estrambótico todavía.
Crítica de cine: Snowpiercer, de Bong Joon Ho