En un dibujo mío de hace años redescubrí en un tercer plano de la escena un personaje sin rostro; vestía una chaqueta a cuadros blancos y negros y estaba situado al final de un camino proveniente de las montañas.
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Un ser aglutinante de partículas positivas y constructivas, un ser inequívoco de bondad y unión, de expansión y conciencia.
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Abogo por un lenguaje del corazón, verdadero aglutinante universal. Quizá la "cultura" naciera con esa intención, pero a la vista está que en infinidad de ocasiones nos ha separado alarmantemente. Tendríamos que reflexionar sobre ello."
(José Luis Serzo. Thewelcome : el regreso de la maravilla. Santiago de Compostela, 2011, p. 7)