Mañana, día 10 de diciembre tendrá lugar en la Facultad de Políticas el I Foro Universitario Gitano .
Además del director del Instituto de Cultura Gitana, Diego Fernández Jiménez, participarán entre otros Tomás Clavo Buezas y Alexandrina da Fonseca Maia, coordinadora del Área de Mujer del Instituto de Cultura Gitana.
Como otras veces, hemos organizado una exposición bibliográfica en la biblioteca, y os invitamos a consultar la selección de recursos sobre el tema que hemos encontrado de la Web.
El mejor homenaje que podemos hacer a la cultura gitana es hablar de su manifestación más universal: El Flamenco.
Cuenta José María Roldán Fernández en su libro: La larga familia del Flamenco, que el Flamenco no es un concepto o una abstracción. Se trata de una realidad concreta con todos sus accidentes y circunstancias. Nunca conoceremos bien el Flamenco si no nos acercamos a todos los cantes que incluye: no hay Flamenco en abstracto sino un amplio paisaje de cantes.
Las primeras crónicas escritas sobre el Flamenco proceden de finales del siglo XVIII. El primer nombre que encontramos en ellas es el de el Tío Luis el de la Juliana, pero sólo estamos ante el continuador de una larga serie de voces sin nombre que le preceden desde el siglo XV, cuando unas tribus gitanas procedentes del Punjab, llegaron a España conducidas por Juan el Egipcio. Andalucía resultó una buena tierra de acogida, por lo benigno de su clima y la tradición de convivencia intercultural. Aunque no hubiera mestizaje de sangre, la cultura andaluza y la árabe estuvieron presentes en la gestación del Flamenco.
Y como la mejor manera de acercarse al Flamenco es conocer sus cantes, os ofrecemos la clasificación que de ellos hace Ricardo Molina en su libro Mundo y formas del Cante flamenco, escrito en colaboración con Antonio Mairena.
El cante se clasificaría en cuatro grandes grupos:
- Cantes básicos: fundamento real del Flamenco: la toná, la siguiriya, la soleá y los tangos gitanos.
- Cantes emparentados con los básicos, los llamados cantes gitano-andaluces, serían:
- Cantes emparentados con la toná: saeta y debla
- Cantes emparentados por la siguiriya: liviana y serranas
- Cantes emparentados con la soleá: polo, bulerías, caña, alboreá y romance
- Cantes influidos por la soleá: cantinas, alegrías, romeras, mirabrás y caracoles.
- Cantes derivados del tango: tientos y tanguillos
- Cantes derivados del fandango, con numerosas especies regionales y locales: minera, cartagenera, taranto, taranta, granaína y media granaína, verdiales, jabera, vahándola, rondeña, malagueña y todas las formas del fandango de Huelva
- Cantes folklóricos aflamencados, definidos según su procedencia
- Cantes andaluces: petenera, mariana, bambera, trillera, sevillanas, villancicos y campanilleros
- Cantes de ascendencia galaico-asturiana: farruca y garrotín
- Cantes de procedencia hispanoamericana: guajira, colombiana, habanera, rumba, milonga y vidalita.
Si todo esto os ha sabido a poco, encontraréis descrita cada una de las familias de los cantes en el libro de José María Roldán Fernández que os citamos más arriba.