Hace dos años celebrábamos los cuarenta años del mítico concierto de Raimon en la Complutense en 1968. La semana pasada se cumplían 30 años de otro concierto, que tuvo lugar a escasos metros de allí: El 10 de Febrero de 1980, para homenajear a José Enrique Cano, batería del grupo Tos, la Escuela de Caminos servía de marco a un concierto en el que participaron las bandas urbanas que empezaban entonces a sonar: Alaska y los Pegamoides, Nacha Pop o Tos, convertidos más tarde en Los Secretos.
¿Qué había pasado en la sociedad española para que después de una década la juventud tuviera gustos tan opuestos?
Los jóvenes de la época huían del contexto demasiado politizado de la generación anterior.
Al no necesitar ya la energía para resistir a la dictadura, la sociedad sufre lo que Teresa Vilarós llama el "mono del desencanto".
Después de un largo pasado de sentirse parte de un destino homogéneo, los españoles comienzan a ser individualistas y a gozar del presente: la política y los intereses colectivos pasan a segundo plano.
En este escenario, la música actúa como desencadenante y como catalizador. El rock había llegado a España en los años 50 como una música americana, pero a pesar de ser una extensión del mercado capitalista, pronto se hace evidente su impacto vital y su potencial libertario.
El rock puede considerarse la banda sonora de la Postmodernidad, como expresión crítica, volcada hacia los instintos, que crea espacios de libertad y placer.
En la Movida, la música era un vehículo diversión y frivolidad, en un escenario tan abierto como la calle. El Madrid mediocre del Franquismo se llena de bares, clubs y galerías de arte, que se convierten en espacios divertidos de intercambio.
Han pasado 30 años, aquella euforia juvenil fue perdiendo fuelle. Ahora estamos conectados y nos preocupan otras cosas, pero éste es un buen momento para reflexionar sobre lo que Cristina Tango denominó "El doble de la Transición", un discurso hecho desde la calle que intentaba salir airoso de contradicciones políticas y de olvidos obligados, reivindicando el presente, la diversión y el juego.
También ahora, en 2010 estamos en Carnavales, así que aprovechamos para resucitar uno de los bandos de Enrique Tierno Galván, alcalde de Madrid, cuando era una ciudad mágica:
"Pueden, pues, los madrileños, hombres y mujeres, de cualesquiera edad, divertir la voluntad según su natural inclinación durante los ya cercanos Carnavales, gozando de cuantos regocijos el Concejo desta Coronada Villa, con generosidad, aunque sin derroche, ofrece..."
Os invitamos a visitar la exposición bibliográfica sobre la Movida, que hemos preparado en la Biblioteca, nos hubiera gustado amenizarla con música, pero por razones obvias no ha sido posible ;)