Es como una «Wikipedia científica de la vida». Un equipo internacional de investigadores acaba de hacer público el primer «borrador» del «Arbol de la vida» más completo de todos los que existían hasta ahora. En total, abarca 2,3 millones de especies entre plantas, animales, hongos y microbios de todo tipo. El trabajo se publica en la revista «Proceedings of the National Academy of Sciences».
El nuevo árbol, que muestra la evolución de la vida en nuestro planeta desde sus comienzos (hace unos 3.700 millones de años), ha sido pacientemente elaborado por científicos de once institutos de investigación de todo el mundo. Y consigue «tapar los huecos» que había en los miles de pequeños esquemas anteriores. «Es el primer intento real de conectar los puntos y ponerlos todos juntos -afirma Karen Cranston, de la Universidad de Duke y directora de la investigación-. Pero hay que pensar en él como en una versión 1.0».
Este nuevo esquema global de la vida se basa en 500 árboles más pequeños y en más de 7.500 estudios filogenéticos publicados entre los años 2000 y 1012 en cien revistas académicas diferentes.
Lo mejor es que todo el árbol, incluídos los datos de cada punto y el código fuente, pueden ser descargados desde «Open Tree of Life», una página web de libre acceso que puede ser consultada y mejorada por cualquier investigador añadiendo nuevos datos al borrador o incluyendo especies nuevas y recién descubiertas. En todos los sentidos, estamos ante una especie de «Wikipedia científica» sobre las especies vivientes de la Tierra.
«Existe una gran diferencia entre la suma de lo que los científicos saben sobre cómo se relacionan los seres vivos, y lo que está realmente disponible en formato digital», asegura Cranston.
Uno de los mayores desafíos con el que se han encontrado los científicos a la hora de elaborar este «arbol global de la vida» (además de vérselas con miles de datos sobre especies que no estaban digitalizados) fue resolver la espinosa cuestión de los nombres cambiados o alternativos, faltas de ortografía comunes y todo tipo de abreviaturas que han ido apareciendo y sumándose unas a otras desde que la Ciencia comenzó a clasificar especies de forma sistemática, hace ya más de 250 años.
Pero el valor de disponer de un árbol único y global de la vida no está solo en mostrar cómo todas las especies con nombre de la Tierra se relacionan entre sí, sino en mejorar, por ejemplo, la comprensión de cómo algunas de las enfermedades más mortíferas conocidas por la ciencia, como el VIH, el ébola o la gripe, aparecieron por primera vez y lograron propagarse.
«A medida que vayamos disponiendo de versiones con mayor resolución y detalle -explican los investigadores en su artículo- podremos ir resolviendo cuestiones evolutivas en una escala que antes era imposible».
Fuente: ABC y SINC