Fotografiar aves accidentadas, confeccionar mapas de puntos sucios, sentirse en la piel de un animal en riesgo de extinción y combatir insectos 'malos' son todas propuestas de ciencia ciudadana para construir un planeta mejor a golpe de móvil.
Colegiales, investigadores y organizaciones sin ánimo de lucro conforman una mínima parte del universo de 'geeks' o fascinados por la tecnología que apuestan no sólo por un medio ambiente más limpio sino por una mejor comprensión y profundización de sus mecanismos.
Una de las numerosas plataformas ciudadanas que en España apuestan por las aplicaciones móviles es Mosquito Alert, antes 'AtrapaelTigre', cuyo empeño es investigar y controlar mosquitos transmisores de enfermedades globales como el dengue, el zika y el chikungunya. El usuario solo envía datos sobre el hallazgo y lugares de cría de dos peligrosos mosquitos: el tigre, Aedes albopictus, y el de la fiebre amarilla, Aedes aegypti. Con ello se traza un mapa que, de hecho, recoge ya la presencia del temible tigre en 360 municipios.
La Fundación por la Prevención de Residuos, integrada por ONGs ecologistas y cívicas, administraciones y mundo empresarial, propone 'desembasurar' y pasar de la indignación de observar un residuo en la calle, río o bosque a la acción. El objetivo es sacar a la luz la porquería, construir el primer mapa de puntos negros sucios y promover soluciones.
Un proyecto innovador de ciencia ciudadana contra las plagas en los bosques es Forest 112, un sistema de alerta y monitorización de plagas y enfermedades del bosque en Europa como base para investigadores en temas fitosanitarios. Cualquier ciudadano puede ayudar a los expertos en el trabajo de campo para emprender acciones e investigaciones, imposibles sin colaboración. El objetivo es establecer una red de personas que actúen como voluntarios científicos, utilizando nuevas tecnologías aprendiendo a suministrar datos.
De esta forma, una tarea tradicionalmente hecha por los servicios técnicos de las administraciones públicas, será compartida con la sociedad a la que se le proporciona además contenidos de formación para que ejecuten esta labor de forma eficiente. Las plagas forestales son un problema de alcance mundial y, por consiguiente, es necesario mirar más allá de las fronteras nacionales para desarrollar soluciones efectivas.
SeaBirdstagram es también una herramienta de ciencia-ciudadana para hacer fotografías de aves marinas accidentadas en artes de pesca como el palangre, el enmalle o la pesca deportiva. Con los datos de la captura fotográfica, los científicos podrán plantear medidas que ayuden a mitigar eficazmente el problema y aportar un mayor conocimiento del ecosistema de la zona.
Está dirigida a los pescadores del Levante español y pretende facilitar la tarea del envío de datos, que sólo se pueden recoger en el mar, a los investigadores. Su funcionamiento es muy sencillo: se toma la foto del ave accidentada en el arte de pesca, se selecciona si el ave lleva, o no, una anilla identificativa y después se envía de forma automática a la base de datos científica.
Para instalar la aplicación hay un registro previo que aportará más datos a los científicos, como el arte de pesca del usuario y la zona que faena. Las principales aves marinas de importancia para el estudio y conservación son la Pardela Balear, la Pardela Cenicienta, el Cormorán Moñudo y la Gaviota de Audouin.
Las capturas accidentales no benefician a nadie: provocan un descenso del rendimiento del sector pesquero y de la biodiversidad marina. Con esta herramienta será más fácil conectar pesca y ciencia sin esfuerzo y, entre todos, encontrar una solución que nos beneficie.
Fotografía y Biodiversidad consiste en doce galerías temáticas de fotografías digitales geolocalizadas que conforman una base de datos ordenada taxonómicamente. Gestionada por la asociación sin ánimo de lucro del mismo nombre, la plataforma reúne a cientos de particulares y especialistas de las áreas.
Permite subir imágenes de naturaleza, desde plantas a líquenes y rocas, que después son identificadas por expertos. El resultado es que el usuario podrá guardar sus archivos con los nombres correctos y colaborar en el conocimiento de la biodiversidad y la conservación del medio ambiente.
La organización conservacionista decana del país, la Sociedad Española de Ornitología (SEO/Birdlife) se une a la apuesta por la ciencia ciudadana a través de aplicaciones móviles de seguimiento de aves acuáticas, exóticas, migrantes etcétera.
Por su lado, WWF Together acerca a las especies en peligro de extinción y permite probar la 'visión del tigre', el aleteo de una mariposa que migra o comer el bambú de la panda.
Científicos del Museo Nacional de Ciencias Naturales también han pedido la colaboración ciudadana para conocer el impacto del cambio climático en los encinares del país, que suman casi cinco millones de hectáreas. Estos investigadores han elaborado una red de observación del decaimiento del encinar en la Península para entender los daños que produce al aumento de las sequías y optimizar las estrategias destinadas a su conservación.
Dada la escasez de datos sobre la magnitud de este problema se pide la ayuda ciudadana a través del envío de fotos de encinas enfermas con la app GeoODK, por correo electrónico o a través de un formulario vía web.