Según François Rabelais, "Ciencia sin conciencia no es mas que ruina del alma".
Esto viene a cuento de uno de los puntos que he presentado como programa electoral, ya expuesto anteriormente y reforzado debido a que el Plan Estratégico 2007-2009 de la BUC lo recoge en uno de sus apartados, como se ve en la siguiente cita del Plan estratégico: "5.2 Fomentar y colaborar en la elaboración de un código deontológico".
Los códigos deontológicos son elaborados habitualmente por las asociaciones profesionales y "obligan" solo a los bibliotecarios y documentalistas asociados, no obligan al resto. Una administración no puede elaborar un "código" que obligue a los empleados públicos, dado que estos están sometidos a las leyes de los empleados públicos (Estatuto Básico) y las leyes habituales (Código Civil, Código penal, etc.)
La BUC puede optar por realizar tan solo una colaboración con las asociaciones de bibliotecarios (FESABID, ANABAD, SEDIC, etc.) para hacer un código ético bibliotecario o, al mismo tiempo, elaborar unos principios (que no código) bibliotecarios complutenses.
Retomando la cita de Rabelais, está muy bien que en la BUC seamos grandes profesionales, que tengamos una gran pericia técnica en el conocimiento de los recursos que tenemos, en el manejo del programa de gestión bibliotecaria Millennium, que demos unos cursos de formación fantásticos y que tengamos un gran reconocimiento por parte de la UCM.
Pero no está de más que todo eso que hacemos lo hagamos con "conciencia". Con unos principios deontológicos expresados en un documento que haya sido elaborado y consensuado entre todos.
Por eso lo que se plantea aquí no es un código, que está fuera de nuestra órbita, sino la elaboración de unos principios bibliotecarios complutenses.
Estos principios afectarían a todas las áreas de nuestro trabajo. Selección y adquisición de materiales, proceso técnico, préstamo, formación de usuarios e información bibliográfica. Por ejemplo: ¿podemos atender peor a un usuario porque nos repele su presencia física? Pues no, no podemos.
¿Se puede adquirir una base de datos cuya adquisición lo único que proporciona es beneficios personales para el que realiza la compra y no para la Comunidad Universitaria? Pues no, no se puede.
Los principios deontológicos, la ética de la profesión, iria enfocada en ese sentido. Por eso, insisto: No hay ciencia sin conciencia
José Vicente Serrano
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