Un gran número de manuscritos históricos y algunos impresos del s. XVI, todos ellos procedentes de la Universidad Cisneriana en Alcalá, presentan una encuadernación con un superlibros del escudo cardenalicio de Cisneros. Alguna de estas encuadernaciones, las de los manuscritos más valiosos, como la Biblia Hebraica (BH MSS 1) y otros manuscritos, presentan encuadernaciones sobre tablas, mientras que otros tienen tapas de cartón grueso (véase en las imágenes, de izda. a dcha., el superlibros sobre las tapas de madera del BH MSS 1 y el estampado sobre las tapas de cartón del BH MSS 117 "Tratado Summa phisicae por el Rev. Magister Egidius Remirez de Funes. S XV") . [Seguir leyendo]
Por las características de estas encuadernaciones, puede deducirse que se trató de una campaña ambiciosa de reencuadernación, sustituyendo otras encuadernaciones ya muy desgastadas, o bien se trató de "uniformar" lo más valioso de la librería, en un indeterminado momento de la historia.
En el catálogo de la exposición "Encuadernaciones en la Biblioteca Complutense", el superlibros, denominado "escudo heráldico del Cardenal Cisneros" es datado en el s. XVII y se considera como "una interpretación heráldica muy posterior al tiempo del prelado"[1]
Existe una inscripción en una de las tapas de madera de la Biblia Latina, manuscrito del siglo XIII (signatura BH MSS 33), que se dejó deliberadamente al descubierto cuando el libro fue restaurado en el Servicio Nacional de Restauración de Libros y Documentos (SELIDO), junto a otros manuscritos dañados en la Guerra Civil, entre 1976 y 1980. En la inscripción citada (véase fotografía), aparece la leyenda: "Joseph Campuzano miencuaderno [palabra ilegible ¿Libªdel?] Rey año de 1743". La palabra ilegible bien podría tratarse (gracias a las compañeras bibliotecarias por la observación) de las palabras "Librería del", estando la primera palabra abreviada, tipo "Libª del", lo que situaría el libro en la Biblioteca del Colegio del Rey en Alcalá.
El hecho de que esta encuadernación tenga el superlibros cisneriano, acota la época de esta campaña de encuadernaciones a mediados del s. XVIII, aunque un grabado de este tipo es una gran inversión y tiene una vida útil muy amplia, que puede estimarse en unos 40 años[2] en término medio, pero que dependerá claramente del tipo de uso al que se someta el grabado y, con un uso limitado y un cuidado adecuado, no sería disparatado pensar en una vida útil mayor.
En todo caso, esta evidencia para la datación debería ser complementada con un estudio profundo de los ejemplares y del archivo de esa época, detectando si se trata de un único grabado o varia ediciones y si hay anotaciones contables respecto a esa campaña de encuadernaciones.
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[1] Carpallo Bautista, Antonio; Manuel Sánchez Mariana y Alfonso de Ceballos-Escalera. Encuadernaciones en la Biblioteca Complutense. Servicio de Publicaciones de la UCM. 2005. p. 87
[2] Este dato lo recuerdo de unas de las conferencias sobre historia de la encuadernación impartidas por el Prof. Nicholas Pickwoad