La Guerra Civil Española sigue siendo motivo de trabajo en la Biblioteca Histórica. Como es bien sabido, los estragos del conflicto en la Facultad de Filosofía y Letras alcanzaron a la riquísima colección de libros recién trasladada de la antigua Facultad en el centro de Madrid al nuevo edificio, junto a los que -desgraciadamente-, se llevaron también las joyas manuscritas que se conservaban en la Biblioteca Central para, terrible paradoja, preservarlos de los altercados pre-bélicos del centro de la ciudad. Muestra de los efectos es el libro de la imagen, un diccionario de la lengua castellana, de la Real Academia Española de 1729 (signatura: BH FLL 12901). Para una información exhaustiva sobre los efectos de la Guerra Civil en la colección, véase el artículo de Marta Torres: La destrucción del patrimonio bibliográfico de la Universidad Complutense de Madrid durante la Guerra Civil (1936-1939) o su Tesis Doctoral: La Biblioteca de la Universidad de Madrid durante la Segunda República y la Guerra Civil.
En el Departamento de Conservación de esta biblioteca nos hemos propuesto tratar el grupo de libros afectados como una colección con personalidad propia, manteniendo en algunos de los libros los deterioros como testimonio de lo ocurrido en la Batalla Universitaria de Madrid. En este sentido, recientemente ha sido publicado el Documento de Trabajo 2016/04: Una guerra literaria a las puertas de Madrid: proyecto de conservación de libros deteriorados en la Guerra Civil Española, trabajo de Laura García Cosmen, que se suma al Documento de Trabajo 2015/08: Libros salvados: grandes protectores en la Guerra Civil de Patricia Castro Montoro, ambos trabajos sobre propuestas de intervención en los libros afectados y, en el caso del primero, una revisión de casi un centenar de ejemplares y una valoración crítica de libros intervenidos en distintos periodos con distintos criterios de restauración.
Desde aquí queremos seguir con la labor de Ángel López, El ángel de los libros. Seguimos con el recuento de bajas, aprovechando la campaña de protección sistemática de la colección de Filología y la catalogación de nuevas colecciones procedentes de la Facultad, anotando los libros con señales evidentes de la Guerra y contando a día de hoy con más de 200 registros. Los casi 100 que Laura revisó para su trabajo ya están fotografiados y sus deterioros están descritos en una base de datos. Como ejemplo de estos deterioros véanse las imágenes de este enlace.
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