Recientemente ingresó en el departamento de Conservación y Restauración el volumen con signatura [BH FLL 16471]: Biblia magna: commentariorum literalium / Ioannis Gagnaei... [et al]. Paris: 1643. Durante la selección de libros en el contexto del proyecto de digitalización UCM-Google, el equipo de selección advirtió el deterioro que presentaba, dando cuenta de ello al departamento citado. El deterioro consistía en que el libro había sido tiroteado y aún conservaba la bala en su interior. No es el primer caso. Hay numerosos ejemplos en esta Biblioteca de libros que presentan huellas de la Guerra Civil Española en forma de impactos de proyectiles, metralla, derrumbes, barro... ya que los defensores se defendieron de los atacantes mediante parapetos formados con estos libros, en el frente de combate formado precisamente en la entonces nueva Ciudad Universitaria. Con todo, ha sido la primera vez en que una bala de fusil es lo que permanece en el interior de esta biblia comentada. En otros casos los restos son de herrajes de metralla o simplemente no quedaron en el interior del volumen.
A la hora de determinar un tratamiento de restauración para los libros deteriorados, no sólo deben tenerse en cuenta los valores originales de las obras, sino también todos los elementos añadidos y modificaciones sufridas a lo largo de la vida del objeto, que nos hablan de la historia. Por ejemplo, una censura del siglo XVI no debe ser restaurada ya que es una modificación histórica del ejemplar. En este caso, el deterioro provocado al libro es una evidencia material, un testimonio de lo que ocurrió fatalmente al principio del segundo tercio del siglo XX en la Ciudad Universitaria de Madrid, por tanto, preservar el deterioro, por muy paradójico que parezca, es necesario para mantener viva la evidencia arqueológica[1].
El tratamiento que se describe ha sido realizado ya en otros libros. Consiste en el montaje de una o dos fajas de Melinex® (plástico transparente de calidad de conservación) en el cuerpo de hojas, de tal forma que el libro sólo pueda abrirse por la página donde puede apreciarse el objeto incrustado, protegiéndolo así de su caída del libro. Posteriormente se confecciona una caja de conservación en la que se adhieren etiquetas advirtiendo que el libro no puede ser consultado y sólo se puede exponer por la página indicada. Este tratamiento se realiza siempre que la obra en cuestión sea de una rareza relativa, es decir, que existan otras ediciones fácilmente disponibles, en esta propia biblioteca o en instituciones cercanas.
[1] Para saber más sobre la historia de la destrucción de la Biblioteca de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Madrid durante la Guerra civil española así como la lucha por su salvamento y recuperación, véase:
- Marta Torres Santo Domingo, "Libros que salvan vidas, libros que son salvados: la Biblioteca Universitaria en la Batalla de Madrid", en Blanca Calvo y Ramón Salaverría (eds.) Biblioteca en guerra, Madrid, Biblioteca Nacional, 2005, pp. 259-285
- Marta Torres Santo Domingo, "Los libros de las bibliotecas forman magníficos parapetos", en Santiago López-Ríos Moreno y Juan Antonio González Cárceles (eds.) La Facultad de Filosofía y Letras de Madrid en la Segunda República: arquitectura y Universidad durante los años 30, Madrid: Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales : Ayuntamiento de Madrid : Fundación Arquitectura COAM, 2008, págs. 584-599.
- Marta Torres Santo Domingo y Cabello, Mercedes. Otro testimonio de la guerra Civil en la Biblioteca Complutense: el Batallón de Comuneros de Castilla en Pecia Complutense. 2008. Año 5. Num. 9. pp. 101-106