Este es el título de una obra recientemente publicada por Enrique Raviña, catedrático emérito de Química Farmaceútica de la Universidad de Santiago de Compostela. En otras anteriores (Medicamentos, un viaje a lo largo de la evolución histórica de descubrimiento de fármacos [2008], y The evolution of drug Discovery [2011]), Enrique Raviña ya trató sobre las medicinas descubiertas como consecuencia de la colonización de los territorios del Nuevo Mundo. Este nuevo libro viene a rellenar el vacío existente en los anteriores en lo relativo al curare, y a otras drogas crudas como la coca y la quina. El término curare servía para describir los venenos aplicados por los nativos en las flechas usadas para la caza. Estaba constituido por una mezcla compleja de plantas cuya estructura química y la individualización de sus principios activos no llegó a conocerse hasta los años 40 del pasado siglo [Seguir leyendo].
El libro de Enrique Raviña repasa las primeras descripciones de estos venenos por los cronistas de indias y las que realizan más adelante los botánicos. Estudia su utilización en la medicina de los territorios americanos y su introducción en Europa. Recoge los primeros estudios experimentales que se desarrollaron en el siglo XIX para la clasificación de estas sustancias, que derivarían en las investigaciones llevadas a cabo en el siglo XX, que han llevado al descubrimiento y elaboración de sustancias derivadas para el diseño de nuevos fármacos anestésicos y contra la malaria.
Las medicinas de la historia española en América tiene el interés de situar en su contexto histórico y científico la contribución de nuestros botánicos y naturalistas, que después de azarosas y sacrificadas expediciones, no vieron publicadas sus obras. Es el caso de Francisco Hernández, médico personal de Felipe II, que recibió el encargo de dirigir la que se considera primera expedición científica de la historia, entre 1571 y 1577, de la que resultó una obra monumental de 22 volúmenes que Hernández murió sin ver publicada. Esta obra, de la que finalmente se publicó solamente una parte en el siglo siguiente, podemos conocerla en su totalidad gracias al manuscrito conservado en la Biblioteca Histórica (BH MSS 624), copia del original depositado en la Biblioteca de El Escorial, realizada antes de que éste se destruyera parcialmente en el incendio ocurrido en la Biblioteca del monasterio en 1671.
En definitiva, nos alegra enormemente contar en nuestra sección de referencia con este nuevo libro, que se presenta con texto en castellano e ingles y abundante documentación gráfica para hacer más amena su lectura.