Salida de las prensas de Isengrin, en Basilea en 1542, la obra de Leonhart Fuchs De historia stirpium commentarii insignes incluye más de 500 grabados en madera, todos magníficos tanto por su precisión como por su delicadeza. La mayor parte de las plantas representadas son medicinales, procedentes de Alemania o del Nuevo Mundo.
Podemos calificar esta obra de innovadora respecto a la tradición medieval, por tratarse de una aproximación más científica de la botánica. Para su autor, el médico Fuchs, no se trata solamente de disertar sobre las plantas sino de identificarlas correctamente y, partiendo de una observación minuciosa, asegurar de manera más fiable la práctica médica.
La obra, redactada en latín, comienza con un glosario que precisa la definición de términos de las especies empleados en el texto. Tres índices, en latín, en griego y en alemán completan la organización alfabética del texto -curiosamente según el orden alfabético de las letras griegas- y permiten establecer una clara relación entre el nombre de las plantas, su descripción y su representación. Para esta impresión, Leonhart Fuchs se rodeó de tres artistas, Heinrich Füllmaurer, Albrecht Meyer y Veit Rudolphe Speckle. Las plantas son, en primer lugar, dibujadas del natural, después serán grabadas escrupulosamente con todos sus particularidades: raices, flores, hojas y frutos.
Junto a sus contemporáneos, Pierandrea Matthioli (1501-1577), Otto Brunfels(1489-1534) y Jérôme Bock (1498-1554), Leonhart Fuchs puede ser considerado como uno de los padres fundadores de la botánica moderna. Pero tendrá que esperar más de 100 años para que otro célebre botánico, Charles Plumier, le rinda un homenaje otorgándole su nombre a una planta nada menos que de la Isla de Haití, como es la bella flor de color rosa intenso, la Fuchsia.