Luis García-Ochoa (1920-2019) fue uno de los artistas más relevantes de la Escuela de Madrid y perteneció a la primera generación de las vanguardias del arte de la posguerra española. Su evolución posterior se acerca, por un lado, a la naturaleza y la tierra en la estela de uno de sus maestros, Benjamín Palencia, y por otro, se adscribe al expresionismo, donde desnuda el alma humana con su ironía, desgarro y reflexión.
García-Ochoa desarrolló, dentro de su carrera artística, una importantísima labor como grabador en la que se enmarca su trabajo en libros de bibliofilia, motivo de esta exposición. Su trayectoria como tal aúna una iconografía inconfundible, caracterizada por un expresionismo que estalla en colores, y una impecable labor de grabador en la que trabajó con todo tipo de técnicas: linóleum, litografía y calcografía. En 1985, siendo ya miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, es nombrado Académico Delegado de la Calcografía Nacional.
A partir de los años sesenta comienza a hacer sus primeros ensayos en el taller de Dimitri Papagueorguiu y después en el de Casariego y el de Pedro Arribas. Con Rafael Casariego le uniría una amistad de por vida que dio como fruto su participación en varios libros de la colección Tiempo para la alegría en los que García-Ochoa hace ver, además, su faceta como intelectual y buen lector de clásicos y poetas. Contó con la colaboración de grandes artesanos, como Manuel Repila.
En primer término, se muestra una vitrina exponiendo la mesa del artista con el fin de acercarnos a su perfil humano y a sus instrumentos de trabajo. A continuación, podemos recorrer la producción de obra gráfica recopilada en libros de bibliofilia, desde Campos de Soria de Machado (1972) hasta sus últimos grabados para un libro inédito sobre París, ya en el siglo actual. Antonio Machado, Rainer Maria Rilke, Francisco de Quevedo o José Hierro ponen la letra, y Luis García-Ochoa la música transfigurada en color y fuego, una paleta fiera de expresión y formas repletas de vitalidad. Pero, si tuviéramos que elegir el autor favorito del artista, sin duda, todo el mundo estaría de acuerdo, sería Quevedo, del que podemos admirar en esta muestra tres de sus obras. El propio autor afirmó: Añadir algo a Quevedo es imposible. Lo que sí se puede hacer es sentir su vigencia, su frescura actual y basándote en su mundo, hacer esta especie de acompañamiento a la lectura.
Por último, hay una pequeña parte didáctica para los neófitos en el conocimiento de la estampación y, así, se ha incluido alguna plancha y seis grabados en los que se explica la evolución en la ejecución artística de entintado de una estampa.
Los mundos de Luis García-Ochoa de Pilar Monge Gómez (2014) ha sido la base teórica para la organización de esta exposición: un conjunto de materiales que definen el mundo especial de García-Ochoa y su manifestación artística en el arte de la bibliofilia, desde el paisaje al esperpento.
Esta exposición se inaugura el día 6 de mayo en la Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla de la UCM.