Del 23 al 27 de septiembre próximo, con ocasión del Día Mundial del Farmacéutico que se celebra el día 25, el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid exhibe la exposición Pioneras farmacéuticas. Las primeras mujeres en el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (1918-1936), con el objeto de rendir homenaje al trabajo de las 106 mujeres que abrieron la puerta a una profesión hasta entonces reservada a los hombres.
Con perspectiva histórica y desde el ámbito de la farmacia, la exposición aborda la incorporación de la mujer a esta profesión. Para ello, y por primera vez, dos técnicos de archivo e historiadores han realizado durante varios meses una labor de investigación sobre los fondos documentales del COFM, un Archivo centenario que custodia la memoria de la institución madrileña.
La iniciativa, liderada por la Junta de Gobierno, pone el foco sobre la incorporación de la mujer al mundo de la farmacia. Para ello, rescata la historia individual de cada una de las 106 mujeres que se inscribieron en el Colegio Oficial de Farmacéuticos de la Provincia de Madrid durante los años 1918 y 1936. La primera fecha marca el inicio de la colegiación obligatoria, en la que se afilian las dos primeras mujeres, hasta el comienzo de la Guerra Civil, periodo en el que se interrumpe temporalmente la actividad colegial.
La primera mujer en colegiarse fue Elvira Moragas Cantarero. Hija de farmacéutico, continuó con la tradición de la saga familiar y asumió el control de la farmacia tras la muerte de su padre, aunque posteriormente delegó en su hermano para ingresar en el convento del Carmelo de Santa Ana, en Madrid. Asesinada en 1936, tras su muerte se inició un proceso de beatificación que culminó en 1998.
A lo largo de ese mismo año 1918, también se inscribió Rosa Martín de Antonio. Propietaria de la farmacia de la calle Colón número 6 de Madrid, que gestionaba junto a su hermana, también era maestra y estaba afiliada al Partido Republicano Radical Socialista. Martín de Antonio ejerció un cargo en la Junta de Gobierno del Colegio de Farmacéuticos de Madrid en 1936
El perfil de ambas mujeres marca interesantes contrastes en la forma de entender la vida y el ejercicio de la profesión. De hecho, estas dos farmacéuticas resultan un paradigma de la diversidad ideológica y social existente en la sociedad de aquella época.
Poco a poco, las primeras licenciadas en Farmacia se hacen un hueco en distintas áreas: desde laboratorios, pasando por la inspección municipal o la docencia. Aunque los inicios no son fáciles, el número de colegiadas fue ascendiendo lentamente y ya en la década de los años 30, la cuota femenina llegó a alcanzar el 25 por ciento de la colegiación total.
La exposición, que se inaugura el 23 de septiembre, se articula temáticamente en torno al desarrollo vital y profesional de las 106 mujeres en las que se centra la muestra, con la intención de visibilizar e identificar a este grupo de pioneras que durante aquellos años afrontaron, además de los retos inherentes a la educación y al ejercicio profesional, la superación de barreras sociales y jurídicas de género.
Una de las figuras femeninas más relevantes de la Farmacia española fue catalana Zoe Rosinach Pedrol, por ser la primera mujer española doctora en Farmacia. Zoe defendió el 17 de junio de 1920 su Tesis Doctoral en Farmacia, que fue dirigida por el doctor Antonio Ruíz Falcó, de la sección de Epidemiología del Instituto Nacional de Higiene "Alfonso XIII", siendo calificada por el Tribunal de "Excelente (por unanimidad)".
Su Tesis Doctoral «Bacilos diftérico y pseudo-diftérico. Crítica de los Procedimientos Empleados para apoyo diferenciación y Modificación introducida al método de Costa, Troisier y Dauvergne», tenía 70 páginas y mereció el elogio de la comunidad farmacéutica nacional, hasta el punto que el Instituto le ofreció la posibilidad de seguir investigando en el centro. Se encuentra disponible en el Servicio de Tesis de la UCM, en la Biblioteca Histórica "Marqués de Valdecilla".
Otra pionera en el campo de la ciencia es María Luisa Conde Picavea (Guipúzcoa, 1904 - Madrid, 1989), colegiada farmacéuticaa n. 650. Ejerció la inspección farmacéutica en las provincias de Toledo y fue directora técnica del Instituto de Biología Internacional Verkos, un laboratorio colectivo instalado en San Sebastián. Bajo la autoría del citado laboratorio y responsabilidad de esta farmacéutica se anotaron en 1925 tres registros: las sales Eudidon, el té Eupleuron y la mezcla vegetal Pectosol . Se colegió en Madrid (1927) y, posteriormente, trabajó en su tesis doctoral, presentada en la Universidad Central (1928), bajo el título Estudio comparado de la maceración y lixivación como procedimientos para la preparación de las tinturas alcohólicas: determinación de sus constantes físico-químicas. que podéis consultar en el Servicio de Tesis de la Universidad Complutense, en la Biblioteca Histórica.