La ópera Aida ha sido el pretexto de la muestra Aida: el Egipto soñado para exponer la "egiptomanía" y los inicios de la egiptología en el siglo XIX. Esta exposición temporal se podrá visitar en el Museo de la Evolución Humana de Burgos, hasta septiembre de 2020.
La pasión por el antiguo Egipto y el inicio de la Egiptología se puede decir que comienza en 1798 con una de las grandes expediciones científicas de la historia. Cuando Napoleón Bonaparte emprende su famosa campaña egipcia decide acompañarse por más de 160 naturalistas, matemáticos, arqueólogos y otros hombres de ciencia. Los resultados se plasmarían en una serie de libros: Description de l'Égypte, que se editarían entre 1809 y 1829.
La magia del Egipto soñado se plasma magistralmente en el ambiente de escenarios colosales y exóticos de la ópera Aida que se convirtió en uno de los máximos exponentes de la egiptomanía decimonónica. Aida está vinculada a la apertura del canal de Suez. El gobierno egipcio estaba interesado en estrenar una obra concebida para acompañar a los fastos de la inauguración y, aunque Verdi rechazó una primera propuesta, un año después se estrenaba en El Cairo esta ópera, una de las más famosas y más representadas de la historia.
La construcción del Canal de Suez fue una de las más grandes obras de ingeniería y merece un espacio en la exposición. En su planteamiento y desarrollo estuvieron implicados ingenieros españoles como Cipriano Segundo Montesino (miembro de la Comisión técnica internacional para el estudio y construcción del Canal de 1855, que publicó en 1857 El rompimiento del Istmo de Suez), el cónsul Nemesio Artola (que trabajó en la Compañía del Canal y escribió Biografía del Canal de Suez) y Eduardo de Saavedra (representante oficial de España en la inauguración del Canal que luego formó parte de la Comisión Internacional para la Ampliación del Canal de 1884 y mantuvo una activa correspondencia con Ferdinand de Lesseps). España tuvo también una notable presencia en las ceremonias de inauguración (17-XI-1869) dado que fueron presididas por Eugenia de Montijo y envió la fragata Berenguela.
La acción de Aida no se desarrolla en ningún momento concreto del antiguo Egipto, pero dará pie para exponer en breves pinceladas su historia desde el Antiguo Imperio hasta el período ptolemaico.
En el momento de su estreno en El Cairo (1869) estaban en marcha trabajos arqueológicos en diversos puntos del alto y del bajo Nilo. El director de antigüedades y fundador y director del museo del Bulaq (el Cairo) era el famoso Françoise Auguste Ferdinand Mariette que, entre otros muchos trabajos, excavaba en Dra Abu el-Naga, la misma zona en la que excava actualmente uno de los comisarios de la exposición, director del proyecto Djehuty, el Dr. Manuel Galán Allué. Por lo tanto los visitantes disfrutarán de los descubrimientos decimonónicos de Mariette y los podrán contrastar con los más recientes de la mano de uno de sus protagonistas.
Eduardo Toda, cónsul de España en Egipto, y egiptólogo a su vez, es uno de los más interesantes visitantes españoles a diversas ruinas egipcias en la segunda mitad del siglo XIX. Parte de las piezas que se trajo y que custodia el Museo Arqueológico Nacional ilustrarán la arqueología egipcia.
También se prevé un espacio dedicado al descubrimiento de la tumba de Tutankhamon que, aunque fuera del rango cronológico de Aida, fue un hito en la historia de la egiptología y reavivó el interés del público en el antiguo Egipto. Este apartado contará con un espacio dedicado a la relación del duque de Alba con Howard Carter.
Para esta exposición se cuenta con piezas muy variadas procedentes de diversas instituciones: Teatro Real de Madrid (recursos escenográficos de Hugo de Ana), Museo Arqueológico Nacional, Biblioteca Nacional, Museo del Romanticismo de Madrid, Museo del Prado, Museo Thyssen-Bornemisza, Museo Victor Balaguer, Parque de las Ciencias de Granada, Museo Naval, Museos U.C.M, Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla, Fundación Casa de Alba, Griffith Institute (Oxford University), Metropolitan Museum of Arts.