Uno de los materiales más raros que se pueden encontrar en las colecciones de manuscritos son los palimpsestos, testigos silenciados de textos y obras desaparecidas, castigadas, destinadas al olvido. Como dice la DRAE, un palimpsesto es un manuscrito antiguo que conserva huellas de una escritura anterior borrada artificialmente.
Las necesidades en los scriptorium medievales de materiales tan caros como los pergaminos, y el desprecio por obras antiguas que se creían superadas o pasadas de moda, llevó a los responsables de elaborar nuevos códices a reutilizar los pergaminos viejos de siglos anteriores. Borrar el texto eliminando las tintas con métodos diversos, raspando con piedra pómez o con procedimientos químicos, y dejarlos preparados para un nuevo uso fue un proceso relativamente frecuente en la elaboración de manuscritos. Así, se perdieron para la historia obras y autores muy relevantes del desarrollo del pensamiento humano. El descubrimiento de un palimpsesto significa, por tanto, traer al presente un soplo de vida intelectual del pasado.
En la Biblioteca Histórica, la publicación el año pasado del Catálogo de Manuscritos Medievales ha sacado a la luz un palimpsesto que, aunque conocido por los especialistas, no había sido suficientemente difundido. Álvaro Cancela ha sido su catalogador. Se trata del BH MSS 76, un códice facticio compuesto por dos manuscritos foliados independientemente, bajo el que se aprecian la escritura de otro códice anterior.
La escritura inferior parece que pertenece a un códice visigótico de los siglos IX-X, probablemente litúrgico, con capitales y decoración en verde de la que quedan restos. La escritura superior pertenece a un texto copiado en los siglos XII o XIII, quizás en Toledo, de Julián de Toledo (s. VII), Prognosticon futuri saeculi, y de Isidoro de Sevilla (s. VI-VII), De ecclesiasticis officcis.
Todavía no se ha identificado el texto al que pertenece la escritura inferior, para lo que se necesitaría llevar a cabo un procedimiento tecnológico que permitiera su lectura, si eso es posible. Nos espera, por tanto, otro secreto por descubrir.