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Mujeres en la Biblioteca Histórica: Brígida de Suecia (1303-1373)

Marta Torres Santo Domingo 4 de Marzo de 2021 a las 12:54 h

Brígida Birgersdotter, Brígida de Suecia o Santa Brígida, no es muy conocida en España a pesar de haber sido una de las mujeres más notables del siglo XIV en Europa, patrona de Suecia y uno de sus símbolos culturales. Con una alta educación que le permitió leer y escribir, fue mística y escritora, incansable viajera, con dotes diplomáticas y políticas, además de esposa y madre de ocho hijos, fundó una orden religiosa y fue canonizada en el mismo siglo XIV. En 1999 fue nombrada una de las seis santas patronas de Europa de la Iglesia Católica.

 

De familia noble, emparentada con los reyes de Suecia, Brígida tuvo una alta educación y se movió por los círculos políticos más influyentes de su tiempo, primero de su país y más tarde del panorama internacional, en una conflictiva época llena de problemas religiosos en los que intervino (el papado de Avignon), guerras (la Guerra de los Cien Años) o epidemias (la peste negra, 1348-1361).


Son célebres sus peregrinaciones a los centros sagrados de la Europa del siglo XIV: Colonia (para visitar la tumba de los Reyes Magos), Santiago de Compostela (1341-1343), Roma (desde 1350), y Tierra Santa (1372-1373). Precisamente, de su viaje por España queda el testimonio de un libro de San Bernardo que adquirió en su peregrinación española y hoy está en la Biblioteca de la Universidad de Uppsala.


Su vocación religiosa y sus prácticas caritativas se acentuaron cuando quedó viuda en 1344 y decidió retirase a un monasterio y luego fundar una orden religiosa, la Orden del Santo Salvador o Brigidinas, siguiendo la regla de San Agustín y especialmente dedicada al estudio y aprendizaje (las monjas podían tener tanto libros como deseasen). Desde 1350 y hasta su muerte vivió en Roma.


Brígida tuvo visiones místicas durante toda su vida, desde la contemplación de los sufrimientos de Cristo, apariciones de la Virgen, las escenas del nacimiento de Jesús, o diferentes imágenes del infierno y el purgatorio. Algunas de sus visiones tuvieron gran influencia en la renovación de la iconografía del arte, como las escenas de la flagelación o la representación del niño recién nacido en el suelo y emanando luz mientras la Virgen está de rodillas. También difundió mensajes divinos a políticos y a líderes espirituales, especialmente al papa y al emperador, expresando sin miedo su oposición a los abusos eclesiásticos y a la corrupción de la iglesia.


Puso por escrito sus apariciones, profecías y experiencias místicas de intimidad con Dios en su libro Revelaciones, considerada una de las cumbres de la literatura sueca medieval, muy difundida y traducida y que la llevó a convertirse en una de las escasas mujeres escritoras medievales de fama internacional. En su escritura intervino el español Alfonso Fernández Pecha (1330-1389, también conocido como Alfonso de Guadalajara o Alfonso de Vadaterra), de familia cercana a la corona de Castilla, Obispo de Jaén hasta 1368, figura próxima a la Orden de los Jerónimos y posteriormente al papado. En el año 1368 Alfonso de Vadaterra viajó a Roma para conocer a Brígida y terminó siendo su confesor, colaborador y compañero de peregrinaciones, además de trabajar estrechamente con ella en la revisión del texto de las Revelaciones, su traducción al latín y redacción final. Tras la muerte de la sueca, fue promotor de la causa de su canonización que culminó en 1391.

 

A Brígida de Suecia se le atribuye también la autoría, hoy muy cuestionada, de las llamadas Quince Oes (Fifteen O's), unas oraciones a Cristo muy populares que empiezan por la expresión O Jesu o similar y que tuvieron una enorme difusión durante la Alta Edad Media solas o a través de los Libros de Horas. Precisamente, la Biblioteca Histórica posee un facsímil muy temprano (1869), de uno de los impresos más bellos de Willian Caxton, de 1490 aprox., procedente de una donación de Carmen y Justo Fernández (BH FOA 7184).


Se conservan numerosos manuscritos con el texto de las Revelaciones tanto en sueco como en latín. La primera edición impresa en latín fue de 1492 (Lubeck, Bartholomeus Ghotan), y la segunda de 1500, por el famoso impresor de Nuremberg, Koberger a petición del emperador Maximiliano I y con magníficas estampas de un estilo próximo a Durero o a su taller. Han sobrevivido muchos ejemplares de esta edición incunable, casi un centenar, de los que la Biblioteca Histórica guarda un ejemplar procedente de la Biblioteca del Colegio Mayor de San Ildefonso, desafortunadamente mútilo (BH DER 601).


Entre las estampas una de nuestras preferidas es la que retrata a la propia Santa, llevando un libro en las manos, con la pluma y otros libros abiertos en su estudio, como la imagen de la mujer lectora y escritora, una de las iconografías más conocidas de Brígida y modelo para muchas mujeres de su época.

 

Más información:

El mundo escandinavo, Santa Brígida y El Camino de Santiago: actas del VIII Encuentro Histórico España-Suecia, edición bilingüe inglés castellano al cuidado de Enrique Martínez Ruiz, y Magdalena de Pazzis Pi Corrales, Universidad de Santiago, 2002.


Susan Signe-Morrison, A medieval woman's companion: women's lives in the European Middle Ages, Havertown, Oxbow, 2015.

 

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