Recientemente han llegado a la Biblioteca Histórica los libros del legado de Julián Marías, donado a la UCM, que se conservaban hasta ahora en el que fue su domicilio en una zona céntrica de Madrid. Desde el fallecimiento del ilustre filósofo, a finales de 2005, su biblioteca no tuvo el mantenimiento que acompaña al uso de la colección y estuvo expuesta, quizá también en mayor medida por la falta de ocupación del inmueble, a la penetración del aire exterior polucionado, lo cual sabemos por los propios libros que se presentan recubiertos de una ostensible capa de hollín adherido.
El problema de la suciedad sobre los libros, y objetos en general, es doble en el sentido de que, al deterioro que encarna la propia suciedad, se une el que se produce en la limpieza de los objetos, a veces con métodos agresivos que producen pérdidas y reacciones adversas provocadas por el agua y otros productos limpiadores. En el taller de restauración estamos limpiando los libros con esponjas de látex natural, en seco, que absorben la suciedad y luego son lavadas para su reutilización, como puede observarse en las fotografías. Para dar una idea del proceso, se incluye una esponja sin usar en la ilustración.
En el mundo de la conservación y restauración del Patrimonio, la limpieza genera un debate acerca de lo que se debe o no se debe limpiar, en el sentido de que cualquier tipo de suciedad sobre el libro contiene una información acerca de la historia de la colección, su uso y circunstancias, diferenciándose generalmente entre la suciedad "histórica" y la que no lo es, como es el caso de la contaminación urbana que, no obstante, contiene esa información, por lo que nos plantearemos la posibilidad de conservar testigos (dejar libros sin limpiar si hay duplicados).
El caso es un muy buen ejemplo de las ventajas de la prevención en la conservación del Patrimonio, ya que la limpieza de las colección es un proceso lento y por lo tanto muy costoso; en la operación de limpieza, aún con métodos adecuados, suceden accidentes -p.e. roturas de las guardas-, mientras que una mejora en los cerramientos o la protección de los libros en armarios cerrados hubiera evitado el mayor gasto de la intervención posterior.
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