En el marco de la Imprenta oficial de Lyon, Aimé Delaroche (1715-1801) encarna otro aspecto de la imprenta lionesa en el siglo de las luces. Mientras que varios de sus  compañeros- como Duplain o Bruyset- se dedican a sobrevivir en entornos ilegales, Delaroche apuesta desde sus comienzos por la imprenta oficial (boletines, memorias, documentos administrativos, etc.), gracias a la cual prospera y hace fortuna.

Hijo de librero y maestro impresor de Lyon, abre también su taller en la calle Mercière y pronto se convierte en uno de los doce impresores y de los veinticuatro libreros autorizados en Lyon, tras una decisión del Consejó que limitó su número desde 1739. Su nombramiento por el Consulado como impresor oficial de la villa, se remonta a este mismo periodo. Este cargo fue ocupado anteriormente por la viuda Laurens. Delaroche la sucede y compra todo su stock de libros. Su primera misión oficial es la publicación de L'Almanach de Lyon (creado en 1711), que lo transforma en L`Almanach astronomique et historique de la Ville de Lyon et des Provinces de Lyonnois, Forez et Beaujolois.....Más rica que la edición original, L'Almanach de Delaroche no es un simple calendario como era hasta entonces, sino que ahora lo enriquece con información administrativa, práctica e histórica.

Con una excelente reputación y poderosas relaciones en el mundo, Delaroche codició progresivamente otros cargos oficiales y se convirtió en el impresor preferido de importantes personalidades, como el gobernador de Lyon, así como de numerosas instituciones (Académia de Bellas artes, hospitales de Lyon, Arzobispado, colegios, Sociedad de Agricultura, etc.)

El éxito de su negocio exigía una cierta expansión, y en la década de 1750 fundó la imprenta Halles de la Grenette y compró los fondos de varias librerías, incluida la de su madre. Su imprenta se convirtió rápidamente en una de las más importantes de Lyon, integrada con once prensas y una treintena de trabajadores.

Ambicioso, emprendedor pero no por ello menos pragmático, Delaroche buscó a lo largo de su carrera ampliar su negocio sin correr demasiados riesgos. La prensa periódica estaba entonces en plena expansión, y Aimé Delaroche comenzó muy pronto, publicando Affiches de Lyon annonces et avis divers (1750) Le Glaneur (1772) y Journal de Lyon (1784). En 1789, el Consulado fue suprimido y sustituido por el Ayuntamiento de la comuna de Lyon; las prensas de la imprenta de Halles de la Grenette, que se convirtieron en la imprenta nacional, continuaron sin embargo produciendo impresos administrativos. En 1791, tras la supresión de los gremios profesionales por la Asamblea Nacional, Delaroche perdió sus títulos y volvió a ser un simple impresor. A la edad de 76 años, decidió ceder el negocio a su nieto, Aimé Vatar Delaroche. Comprometido contra la Revolución, éste pereció en septiembre de 1793. Su suegro y sucesor Charles- Francois Millanois fue fusilado dos meses después, por el papel que ejerció como oficial durante el asedio de Lyon.

En cuanto al viejo impresor, llevó una vida casi clandestina hasta su muerte en 1801. No obstante, la imprenta de las Halles de la Grenette no desapareció a pesar de todo ello; cambió de manos en varias ocasiones.
En el siglo XIX, el lugar será ocupado por varios nombres del oficio, sobre todo la familia de libreros-editores Rusand (1822-1836) y por Emmanuel Vite (1849-1928). Estos últimos son bastante representativos de una de las profundas transformaciones producidas en el sector de la imprenta y de la librería en Lyon, en concreto, el auge de la edición religiosa y en particular católica, que acompaña la presencia de la Iglesia con cierto impulso, a comienzos del s. XIX.