El mundo moderno vio aparecer en occidente la aparición de la palabra escrita, a través de la reproducción masiva de todo tipo de textos literarios. A pesar de que en aquellos tiempos solamente una minoria de la población europea  era capaz de ejercer de forma autónoma, el ejercicio de la lectura, parece lógico pensar que de una manera u otra, todos participaron en ese gran hito histórico que fue el del aprendizaje y la transmisión cultural y de las ideas que la producción impresa comenzó a posibilitar.

Por ello, no se nos puede escapar la posibilidad de que los escritos fueran a su vez vehículo de tendencias ideológicas diversas ,y que de ese modo contribuyeran con fuerza a implantar posturas y sensibilidades de todo tipo allá donde pudiera haber alguién que finalmente diese utilidad al instrumento. En este proceso, los sectores sociales poderosos articularían a una velocidad vertiginosa estrategias de control y manipulación que hoy nos siguen siendo familiares- más sutiles o gramscianas en unas ocasiones, más censoras y estrepitosas en otras- mientras que las clases "dominadas" optarían tal vez por el empleo de tácticas diversas que les permitieran tal vez adaptarse a los tiempos y reconfigurar los modelos impuestos por la fuerza.

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