El año 2021 puede considerarse como un periodo de transición: comenzó bajo los efectos de la tercera ola de la pandemia del Covid-19, todavía con unos altos índices de incidencia y mortalidad (aunque los inicios de la vacunación abrieron una puerta para la esperanza) y finalizó con buena parte de la población vacunada, la pandemia bajo control y con una vuelta a la normalidad casi completa. Esta evolución positiva se vio reflejada en la prestación de los servicios de la Biblioteca Histórica. Durante los primeros meses del año se retomaron los servicios presenciales (en realidad desde el inicio de curso, en septiembre de 2020), aunque todavía con severas restricciones en cuanto al mantenimiento de las distancias interpersonales, uso de mascarillas y, sobre todo, de aforo en los espacios cerrados. Estas medidas preventivas, además de promover el teletrabajo del personal, afectaron a la celebración de actividades en grupo, como las relacionadas con el apoyo a la docencia (clases en el aula Simón Díaz) o la difusión cultural (exposiciones, visitas a la biblioteca o actividades en el salón de actos). Durante los últimos meses del año, a partir de octubre, con la vuelta a la normalidad, se retomaron estas actividades públicas.
La prestación de servicios presenciales no se vio afectada únicamente por las medidas preventivas tomadas para evitar el contagio por Covid-19: sin ir más lejos, los devastadores efectos de la tormenta Filomena obligaron al cierre de la Biblioteca Histórica durante casi todo el mes de enero. No obstante, fue la falta de personal bibliotecario la que contribuyó a que los horarios de apertura y algunos servicios no pudieran ofrecerse como antaño: durante los nueve primeros meses del año el horario de apertura se limitó a las mañanas, entre las 9:00 y las 14:30 horas, y entre octubre y diciembre se consiguió abrir por la tarde, los martes y jueves, hasta las 18:00 horas, con gran esfuerzo del personal, ya que la plantilla de tarde se redujo a una sola bibliotecaria (de cuatro). Y es que el año 2021 comenzó con cuatro plazas vacantes y terminó con cinco: teniendo en cuenta que la plantilla de personal bibliotecario tiene doce efectivos en total, se puede comprender la dificultad para mantener la cobertura y nivel de prestación de servicios. El concurso de traslados que se resolvió a finales de marzo de 2021 no supuso en la práctica incremento de personal y las jubilaciones han seguido su curso, como es de ley. En 2021 año las jubilaciones de la subdirectora Mercedes Cabello Martín, en agosto, y de la directora Marta Torres Santo Domingo, en diciembre, han sido especialmente relevantes, por los puestos que ocupaban y la destacada trayectoria de ambas bibliotecarias, muy vinculada a la promoción del patrimonio bibliográfico complutense. El importante papel que han tenido en la creación y consolidación de la Biblioteca Histórica desde 2000 ha sido unánimemente reconocido y bajo su liderazgo la institución ha alcanzado un prestigio ampliamente reconocido por toda la comunidad universitaria y bibliotecaria. La evolución de la biblioteca, reflejada y documentada con todo detalle en esta serie de Memorias de la Biblioteca Histórica, causa asombro si se tiene en cuenta la situación de punto de partida. Sin duda, esta innegable progresión ha sido un logro colectivo de todo el personal que ha trabajado en la Biblioteca Histórica Biblioteca desde su creación, pero no se puede dejar de destacar la especial entrega de Mercedes Cabello Martín y Marta Torres Santo Domingo: la sola lista de sus publicaciones es ya suficiente aval de su singular trayectoria dedicada al patrimonio bibliográfico y su contribución profesional a la promoción, desarrollo y consolidación de la Biblioteca Histórica. Si a ello le unimos su carácter afable, su habilidad para crear equipos y para promover el progreso profesional de sus compañeros, se entenderá el enorme vacío que deja su marcha entre el personal de la Biblioteca Histórica.
La falta de personal bibliotecario no impidió que las actividades de servicio público se desarrollaran con toda la normalidad que permitieron los horarios restringidos y los protocolos sobre el Covid19. La afluencia de lectores a la sala de lectura, así como los ejemplares servidos, inician una clara recuperación con relación a 2020, especialmente apreciable en los tres últimos meses del año. Esta misma tendencia se observa en los servicios de apoyo a la docencia: las demandadas clases en el aula Simón Díaz ilustradas con ejemplares del fondo de la Biblioteca Histórica recuperaron la normalidad en los últimos meses del año y las prácticas de alumnos alcanzaron una cifra especialmente notable, dadas las circunstancias: 12 estudiantes realizaron sus prácticas, 6 de ellos bajo tutorías del personal de la Biblioteca Histórica.
Los servicios de apoyo a la investigación también lograron mantener un nivel similar al de años anteriores. La Biblioteca Histórica colaboró y/o participó en varios proyectos de investigación, entre los que quizá se puede citar, por estar especialmente relacionados con los fondos de la Biblioteca, la publicación del Catálogo de fondos americanos de la Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense de Madrid del grupo AMERMAD o las grabaciones de documentales en vídeo sobre dos destacados manuscritos de nuestra colección: BH MSS 22 y BH MSS 134 promovidos por los profesores Felipe Hernández Muñoz y Laura Fernández Fernández respectivamente. La página web de la biblioteca vio incrementado el número de accesos al igual que el blog Folio Complutense o las redes sociales de Facebook e Instagram en las que se logró mantener una actividad destacada, aun a pesar de las limitaciones señaladas. Del mismo modo se mantuvo la labor editorial con la publicación de trece Documentos de Trabajo elaborados tanto por el personal restaurador como bibliotecario así como por los estudiantes en prácticas, cuyos trabajos más notables se publican en esta colección. También salió a la luz un número de la revista Pecia Complutense, que clausura de manera brillante su primera etapa, a la espera de su reformulación en los próximos meses.
El Departamento de Conservación y Restauración mantuvo en 2021 una intensa actividad relacionada con la restauración (40 obras, 17 para las exposiciones programadas) y la preservación de la colección: además del control de humedad relativa, temperatura, calidad del aire y otros factores ambientales (como las plagas), se protegieron 491 libros, (81 con cajas de conservación y 410 con protecciones sencillas), se limpiaron y reinstalaron 416 placas de linterna de la colección Hernández Pacheco, se continuó con la instalación del Archivo Personal de Antonio Elorza y se realizó la limpieza de los 2.376 ejemplares de la biblioteca de Julián Marías, actividades para las que se contó con el apoyo de dos estudiantes en prácticas. También se mantuvo la labor de seguimiento y supervisión de las exposiciones propias y externas así como de asesoramiento en materia de conservación y restauración a distintas instituciones y profesionales dentro y fuera de la UCM.
En lo que se refiere a las colecciones cabe destacar que, gracias a la rápida intervención de la Guardia Civil, se recuperó del mercado anticuario un volumen de las obras de Galeno editadas en Venecia por la Familia Giunta en 1609, que ostentaba el sello de la Biblioteca de la Facultad de Medicina de la Universidad Central. Al igual que en años anteriores, se siguieron recibiendo ejemplares anteriores a 1800 procedentes de otras bibliotecas complutenses, la mayoría producto de donaciones de profesores. Así, la labor de catalogación se ha centrado en la descripción de estas entregas, de ejemplares pertenecientes a la biblioteca de Julián Marías y en la revisión de fondos del siglo XIX de la colección de filología, además de las nuevas adquisiciones. En las jornadas de teletrabajo del primer semestre el personal de la biblioteca también avanzó en la realización de inventarios de los fondos de Lasso de la Vega, Jordán de Urríes, Eduardo Hinojosa y Naveros, Francisco Guerra, Bernardo Meléndez, López de Toro y Emilio Figueroa. Los últimos meses del año se dedicaron a la ordenación y clasificación de los materiales documentales del archivo personal de Julián Marías.
La actividad expositiva en la primera mitad de 2021, resultó afectada, tanto por la reducción del horario de apertura de la sala de exposiciones, como por la escasa presencia de visitantes debida a la suspensión de visitas guiadas. Aún con todo, se logró reorganizar el plan de exposiciones previstas, reponiendo antiguas exposiciones y posponiendo el resto. No fue hasta octubre cuando la sala de exposiciones volvió al horario tradicional, de 9:00 a 20:30 horas de lunes a viernes, coincidiendo con la inauguración de la exposición dedicada a la Biblioteca de la Real Sociedad de Historia Natural. También la actividad cultural retomó su pulso en esas fechas, ya que la ampliación del horario permitió la celebración de actividades en el salón de actos. Igualmente volvieron las visitas de grupos de estudiantes, muy solicitadas por los profesores, coincidiendo con la reanudación de la actividad docente en el aula Simón Díaz. Como en años anteriores la biblioteca organizó actividades abiertas al público en jornadas como La noche de los libros o Madrid Otra Mirada y acogió en su sede dos actividades de la Semana de la Ciencia 2021, en las que participó también el personal de la biblioteca.
Ver Memoría completa