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Exposición bibliográfica virtual El universo Herrera

24 de Febrero de 2023 a las 14:53 h

Se inaugura la exposición bibliográfica virtual El universo Herrera, dedicada a los tratados de agricultura españoles publicados en el siglo XVI, en cuya elaboración ha colaborado la Biblioteca Tomás Navarro Tomás.

El 8 de junio de 1513, en el taller alcalaíno de Arnao Guillén de Brocar, se publica la Obra de agricultura, que marca un hito en el ámbito de la literatura tecnocientífica hispánica y europea, pues es el primer tratado geopónico escrito en lengua vulgar. Su autor, Gabriel Alonso de Herrera, cumple de esta forma con el encargo recibido por parte de Francisco Jiménez de Cisneros, arzobispo de Toledo y cardenal de España, quien le había solicitado la composición de un texto en castellano en el que aparecieran recogidas, sistematizadas y concordadas las teorías agrícolas expuestas por los escritores clásicos y medievales, a los que él mismo, que poseía una vasta formación y que estuvo siempre atento a todo tipo de novedades bibliográficas, decidió sumar los nombres de muchos de sus coetáneos.

De acuerdo con los principios establecidos por los conocidos como scriptores rei rusticae (Catón, Varrón, Columela y Paladio), en el volumen se reserva también un espacio fundamental a la ganadería y al provecho que puede obtenerse tanto de los propios animales como de los productos derivados de ellos.

No obstante, lejos de conformarse con una mera labor compilatoria, Alonso de Herrera, a imitación de algunos de sus predecesores, y, en particular, de Pietro de' Crescenzi -castellanizado como Pedro Crecentino o simplemente el Crecentino- y su Opus ruralium commodorum (1304-1309), completa el escrito con los conocimientos adquiridos a través de su propia experiencia, con la intención de adecuar el contenido a la realidad española de la época. Asimismo, desde su posición de experto, analiza y cuestiona no pocos de los métodos y supuestos con los que se encuentra, dando muestras de una personalidad moderna y arrolladora, que le obliga a afrontar ciertos asuntos que continúan espoleando nuestra más rabiosa actualidad, como, por poner solo un par de ejemplos elocuentes, la reforestación de los bosques o el sufrimiento infligido a los toros durante la lidia.

De esta manera, la Obra de agricultura, transformada en Libro de agricultura en las sucesivas ediciones de que fue objeto, al menos dos de ellas (1528 y 1539) corregidas y enmendadas por el propio autor, se convierte en una auténtica enciclopedia de la labranza y en la referencia de la que parten las monografías que ven la luz a partir del último cuarto del siglo XVI y, al menos, en las tres centurias posteriores.

Las excepcionales cualidades del tratado, tanto técnicas como lingüísticas, así como su extraordinaria relación con la imprenta, han sido el eje vertebrador de los dos últimos proyectos del grupo de investigación Léxico Español de la Economía, que nos han abierto el camino hacia el estudio de la producción geopónica castellana del Quinientos. De ella también forman parte los Diálogos de la fertilidad de España y el Despertador, de Juan de Valverde Arrieta; el Arte para criar seda, de Gonzalo de las Casas; el Tratado breve de la cultivación y cura de las colmenas, de Diego Gutiérrez Salinas; la Agricultura de jardines, de Gregorio de los Ríos; y los Discursos del pan y del vino del Niño Jesús, de Diego Gutiérrez Salinas, casi todos ellos pioneros en sus respectivas áreas.

En este marco, uno de los objetivos fundamentales que ha guiado nuestra actividad ha sido el de fomentar la difusión y el conocimiento de las obras mencionadas, ya sea en el ámbito de la comunidad científica, nacional e internacional, ya en el de la sociedad en general, donde somos conscientes de que existen muchos curiosos lectores interesados en la historia de la agricultura, de la sericicultura, de la apicultura o de la jardinería.

Al amparo de estos principios nace la idea de esta exposición virtual, cuyo germen se encuentra en el homenaje que el antiguo Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, a partir de una Proposición no de Ley del Congreso de los Diputados, dedicó en 2014 a Gabriel Alonso de Herrera con motivo del quinto centenario de la publicación de la Obra de agricultura. De acuerdo con la información proporcionada en el BOE de 20/01/2014, el fin buscado no era otro que el de «reconocer y valorizar la Obra de agricultura del autor toledano Gabriel Alonso de Herrera [...], al haber hecho una gran aportación a la lengua, la literatura y a la mejora de la agricultura española en los últimos cinco siglos» (p. 46). Una de las actuaciones abordadas fue la creación de un espacio en la web del Ministerio, donde se recoge una biografía del autor; se facilita el acceso a la edición del texto preparada en 1818-1819 por la Real Sociedad Económica Matritense, remitiendo a la digitalización ofrecida en la biblioteca del Real Jardín Botánico; y, por último, se dedica un apartado a las impresiones del tratado, en el que aparecen recogidas cinco de ellas (https://www.mapa.gob.es/es/ministerio/servicios/informacion/plataforma-de-conocimiento-para-el-medio-rural-y-pesquero/centenario/).

Nuestra propuesta, que hemos decidido presentar bajo el título de «El universo Herrera», se compone, igualmente, de tres secciones. En el centro, como una especie de astro alrededor del cual gravita el resto de autores, se sitúa Gabriel Alonso de Herrera, al que de esta manera se le reconoce su papel protagonista, cuasi demiúrgico, en la historia de la agricultura en España y Europa. Junto a una breve biografía, en la que se ofrecen los datos cardinales para comprender al escritor y sus circunstancias, se presenta una historia editorial completa de su tratado, desde la primera edición, de 1513, hasta los fragmentos compilados por Juan Estevan Arellano y traducidos al inglés por Rosa López Gastón en 2006. Es decir, se incluyen tanto las versiones en castellano como las traducciones de las que ha sido objeto el texto a través de los siglos. De cada ejemplar se ofrecen los principales datos bibliográficos y se remite a su correspondiente digitalización, lo que facilita y permite su consulta, además de acompañarlo de una reproducción de la portada. De las publicaciones más modernas, protegidas por los preceptivos derechos de autor, se ha optado por ofrecer una pequeña muestra de su contenido.

El segundo bloque, denominado «A zaga de Herrera», está dedicado a los otros cinco geóponos españoles que dieron a conocer sus composiciones en el siglo XVI. El gran éxito del Libro de agricultura supuso, entre otras cosas, el retraso en la aparición de nuevos volúmenes. Así, por ejemplo, lo corrobora el hecho de que los Diálogos de la fertilidad de España, de Juan de Valverde Arrieta, se publican en 1578, sesenta y cinco años después de que lo hiciera la primera edición de la Obra de agricultura. No obstante, esta última presenta ciertas lagunas, o bien, debido a su extensión, no profundiza todo lo deseable en ciertos temas, aspectos que fueron aprovechados por otros autores, como Gonzalo de las Casas y Luis Méndez de Torres, para la redacción, respectivamente, de los primeros tratados castellanos de sericicultura y de apicultura. Todos ellos, en mayor o en menor medida, reconocen su deuda con Alonso de Herrera, de cuyo texto reproducen párrafos enteros, en ocasiones sin explicitarlo. Cada una de las cinco subsecciones que conforman este apartado presenta la misma estructura que el primero: biografía del autor e historia editorial del texto correspondiente, con remisión a la digitalización de cada ejemplar, desde la príncipe hasta la actualidad.

La tercera y última parte de la exposición está configurada por las fuentes de las que se nutren los seis geóponos españoles y que les sirven de modelo o de inspiración. No cabe duda de que se trata del módulo más complejo y que ha necesitado de un mayor esfuerzo, pero estamos convencidos de su trascendencia, puesto que en él se evidencian las redes intelectuales que se gestaron en la composición de cada libro y las bases sobre las que se erigió su contenido. Ofrece, por un lado, una muestra palmaria e indiscutible de la instrucción académica -o de la falta de ella- de sus respectivos artífices, y, por otro, permite apreciar en su conjunto el panorama cultural que acompaña el nacimiento de la tratadística agrícola. Somos conscientes de que muchas de las citas efectuadas no son de primera mano, aunque no lo hemos considerado motivo suficiente para excluir de nuestra nómina a la autoridad alegada. Descartada cualquier imposible exhaustividad, y bajo el supuesto de que fueron las que pudieron conocer y emplear nuestros escritores, se aportan fundamentalmente los datos de aquellas ediciones publicadas a finales del siglo XV y a lo largo del siglo XVI, los enlaces a sus digitalizaciones y una reproducción de sus portadas. En algunas ocasiones, considerando su rareza, su importancia o simplemente su belleza, se han incluido ejemplares pertenecientes a una cronología anterior o posterior. De igual forma, se han tenido en cuenta algunas traducciones, sobre todo al italiano, al francés, al portugués y al alemán, que circularon en esa época. Tanto en un caso como en otro, en definitiva, no están todas las que son, pero sí son todas las que están.

Cuando se cumplen los 510 años exactos de la publicación del tratado herreriano, sirva esta nuestra pequeña contribución para conocer un poco mejor la historia de la agricultura en España. La recuperación, la atenta lectura y el estudio de nuestro patrimonio bibliográfico contribuye no solo al progreso científico, sino también a la mejor comprensión de nuestro pasado, al desciframiento de la sociedad actual y a la intuición de su futuro.

 

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