El año 2022 puede considerarse como el primer ejercicio enteramente libre de las restricciones establecidas para evitar la propagación del Covid-19. Esta vuelta a la "normalidad" se ha visto reflejada en la recuperación de la afluencia a los servicios y actividades presenciales que oferta la Biblioteca Histórica: todos alcanzan o superan las cifras que tenían en 2019, el último que no se vio afectado por la pandemia. Los accesos de los investigadores a la sala de lectura duplican a los de 2021, al igual que el número de docentes y estudiantes que han impartido y recibido formación en el Aula de Simón Díaz en el mismo periodo que, incluso, llegan a multiplicarse por tres. También los visitantes a las exposiciones bibliográficas y los asistentes a las actividades culturales organizadas han incrementado notablemente su número respecto al año anterior. Es verdad que en 2022 la Biblioteca Histórica logró abrir desde las 9:00 a las 20:30 horas durante todos los meses, lo que sin duda también explica la mayor afluencia de público a las actividades culturales. Sin embargo, la sala de investigadores y el aula docente no lograron recuperar el horario de apertura por la tarde hasta bien avanzado el otoño ya que, al igual que ha ocurrido en años anteriores, la falta de personal bibliotecario contribuyó a que algunos servicios no pudieran ofrecerse como sería deseable y en los horarios establecidos en el resto de bibliotecas complutenses.
Ya hemos señalado que los servicios presenciales recuperaron los niveles anteriores a la pandemia. Esta misma tendencia se observa en los servicios de apoyo a la docencia: las demandas de clases en el aula Simón Díaz ilustradas con ejemplares del fondo de la Biblioteca Histórica han recuperaron la normalidad y las prácticas de estudiantes alcanzaron una cifra notable: 10 realizaron sus prácticas curriculares, 6 de ellos bajo tutorías del personal de la Biblioteca Histórica. Los servicios en la web también han tenido una tendencia ascendente: salvo en el blog, la página institucional incrementó notablemente el número de accesos (un 30%), mientras que las carencias de personal ya comentadas obligaron a centrar los esfuerzos en Facebook, la única red social en la que se logró mantener una actividad continuada.
Los servicios de apoyo a la investigación prosiguieron las líneas emprendidas en años anteriores, si bien en 2022 debemos destacar que el personal bibliotecario y de restauración presentó seis ponencias relacionadas con proyectos de la Biblioteca Histórica en cuatro jornadas distintas, entre las que cabe destacar, por su vinculación institucional, las III Jornadas de Gestión del Patrimonio Bibliográfico (Valencia 30 y 31 de mayo), promovidas por el Grupo de Patrimonio Bibliográfico de Rebiun del que la Biblioteca Histórica forma parte, o Filuni-2022 (Ciudad de México, 30 de agosto al 4 de septiembre) Feria del Libro Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México, en la que la Universidad Complutense fue la institución invitada. La Biblioteca Histórica también siguió colaborando y/o participando en proyectos complutenses de innovación docente, así como en proyectos de investigación, tanto nacionales como internacionales. Del mismo modo continuó la labor editorial de años anteriores con el lanzamiento del número 35 de la revista Pecia Complutense que inaugura una nueva etapa, con una periodicidad anual y un nuevo diseño que esperamos sea del agrado de nuestros lectores. También vieron la luz cuatro Documentos de Trabajo, elaborados tanto por el personal bibliotecario como por los estudiantes en prácticas, cuyos trabajos más notables se publican en esta colección.
El Departamento de Conservación y Restauración mantuvo en 2022 una intensa actividad relacionada con la restauración (73 obras, 41 para las exposiciones programadas) y la preservación de la colección: además del control de humedad relativa, temperatura, calidad del aire y otros factores ambientales (como las plagas), se protegieron 182 libros, (83 con cajas de conservación y 99 con protecciones sencillas), se limpiaron y reinstalaron 52 placas de linterna de la colección Hernández Pacheco (y 28 se restauraron), se instalaron los 2.784 carteles del Colegio Mayor San Juan Evangelista y se realizó la limpieza de 245 separatas de la biblioteca de Julián Marías, actividades para las que se contó con el apoyo de dos estudiantes en prácticas. También se mantuvo la labor de seguimiento y supervisión de las exposiciones propias y externas, así como de asesoramiento en materia de conservación y restauración a distintas instituciones y profesionales dentro y fuera de la UCM.
En lo que se refiere a las colecciones patrimoniales cabe destacar en el año 2022, por su valor, la donación de Alfonso Utrilla de la Hoz (1961‐2021), catedrático de Hacienda Pública y profesor durante más de tres décadas en el Departamento de Economía Aplicada, Pública y Política la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, que dejó estipulado en sus últimas voluntades el deseo de donar a la Biblioteca Complutense la colección de bibliofilia "Tiempo para la alegría" (1963-1987). Los 45 volúmenes que la componen aunaron, en ediciones de lujo, textos clásicos y modernos de la literatura española con más de 500 grabados originales encargados a los más destacados artistas del momento. A esta, y otras donaciones de menor cuantía, hay que sumar las entregas de ejemplares anteriores a 1900 procedentes de otras bibliotecas complutenses. Por ello, al igual que en años anteriores, la labor de catalogación se ha centrado en la descripción de estas donaciones y entregas, de ejemplares pertenecientes a la biblioteca de Julián Marías y de la colección de las residencias y en la revisión de fondos del siglo XIX de la colección de Filología, además de las nuevas adquisiciones. Además de estas tareas habituales, se localizaron e identificaron 28 marcas de fuego en la colección Francisco Guerra.
La actividad expositiva recuperó plenamente la normalidad en 2022, con un incremento notable de la asistencia del público gracias, en parte, a la activa promoción de visitas guiadas. Destacó, por los niveles de afluencia, la exposición Malheridos las huellas del paso del tiempo en los libros, una producción de la Biblioteca Histórica que formó parte de un proyecto promovido por el Grupo de Trabajo de Patrimonio Bibliográfico de Rebiun. También la actividad cultural retomó su pulso, ya que la apertura entre las 9:00 y las 20:30 permitió la celebración de actividades en el salón de actos durante todo el año. Igualmente volvieron las visitas de grupos de estudiantes, muy solicitadas por los profesores, coincidiendo con la reanudación de la actividad docente en el aula Simón Díaz. Como en años anteriores la biblioteca organizó actividades abiertas al público en jornadas como La noche de los libros o Madrid Otra Mirada y acogió en su sede actividades de la Semana de la Ciencia 2021, en las que participó también el personal de la biblioteca.
Memoria 2022. Biblioteca Histórica "Marqués de Valdecilla"