Francisco Guerra (Torrelavega, Cantabria, 1916 - Madrid, 2011), fue médico, profesor, bibliófilo y bibliógrafo. Estudio Medicina en la Universidad Central y, tras la guerra civil española, se exilió en México donde culminó su graduación en 1939 en la Universidad Nacional Autónoma de México, la misma institución en la que ejerció como docente de Farmacología (1939-1959) y se doctoró en Ciencias (1953), Historia (1955) y Filosofía (1955).
Al mismo tiempo desarrolló una carrera profesional en la industria farmacéutica y tuvo estancias como especialista en la Universidad de California (1956). Sin embargo, su verdadera vocación fue la Historia de la Medicina, desarrollada en paralelo a su pasión por la bibliofilia. Acabó siendo profesor de esta disciplina en Yale University (Estados Unidos) (1959-1961), en Wellcome Institution (Gran Bretaña) (1962-1969) y ya en España, en las Universidades de Cantabria y Alcalá de Henares.
Francisco Guerra fue autor de numerosos libros sobre ciencia médica, especialmente sobre la medicina americana y filipina abordada desde distintos aspectos: farmacología, historia, bibliografía, biografías de médicos, hospitales, educación, epidemiología. Destacan dos obras: Bibliografía médica americana y filipina (Madrid, Ollero Ramos, 1998), en la que incluye la producción bibliográfica médica en todos los países de América y Filipinas desde el establecimiento de la imprenta hasta su independencia; y La medicina en el exilio republicano (Alcalá de Henares, Universidad, 2003), reflejo de su pasión política y con la que quiso cumplir con su compromiso con los ideales de la República española que defendió, y recordar a sus compañeros caídos en la Guerra Civil, a los médicos de otros países que apoyaron la República y, sobre todo, a los médicos republicanos que salieron al exilio y los del exilio interior, que habían sido excluidos de la historia cultural de España.
Desde muy joven y a lo largo de su vida, Francisco Guerra desarrolló una gran pasión por los libros antiguos y consiguió crear una biblioteca ejemplar que llegó a tener casi 5.000 ejemplares, en muchos casos únicos, exquisitos, raros, y muy valiosos. Fue una bibliofilia enraizada en un espíritu científico y bibliógrafo, y se guió por las obras que citaba Marcelino Menéndez Pelayo en su libro La Ciencia Española (Madrid, 1876). En el año 2007 decidió depositar su magnífica colección en la Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense, con el fin de ponerla al servicio de la docencia y la investigación pública.
Una de las series más importantes del fondo personal es la constituida por la correspondencia, con miles de cartas clasificadas por el propio Guerra en tres diferentes epígrafes que facilitan su consulta: Bibliofilia, Instituciones (Mexicanas, Hispano americanas, Europeas, etc.), alfabéticos por países (Gran Bretaña, Estados Unidos, España...), etc.Una de las series más importantes del fondo personal es la constituida por la correspondencia, con miles de cartas clasificadas por el propio Guerra en tres diferentes epígrafes que facilitan su consulta: Bibliofilia, Instituciones (Mexicanas, Hispanoamericanas, Europeas, etc.), alfabéticos por países (Gran Bretaña, Estados Unidos, España...), etc.
Otras series destacadas son la de separatas y obras manuscritas de Francisco Guerra como autor, separatas y artículos de otros autores que Guerra guardó por su relación con los temas que estudiaba (Farmacología, Historia de la Medicina, Hospitales, etc), reseñas de sus obras, recortes de prensa, fotografías de obras impresas (portadas o preliminares), o fotografías de retratos de hombres destacados de la medicina.
Por fin, otra serie interesante que servirá para llevar a cabo estudios sobre sus obras bibliográficas son los ficheros en tamaño normalizado (12,50 x 7,50) con notas bibliográficas de libros de su biblioteca, de libros de otros lugares que le sirvieron para confeccionar sus bibliografías, etc.
Existe, además, un conjunto de diapositivas de diferentes asuntos entre las que Francisco Guerra guardaba algunas de índole más personal. Hemos querido hoy ofrecer una imagen suya, del año 1951, en compañía de Frida Khalo en una visita que le hizo a la Casa Azul de Coyoacán.