A mediados del XVIII Antoine-Joseph Dezallier d'Argenville publicó su Abregé de la vie des plus fameux peintres . Esta obra se centraba en los pintores italianos, flamencos y franceses.  Dezallier  era historiador del arte y quería diferenciarse de sus predecesores ofreciendo una obra en la que afirmaba ser «siempre imparcial». Poco después aborda la cuestión de los retratos grabados, insistiendo en la investigación y la calidad de los grabados:

"Estos retratos, grabados a buril, han sido fielmente dibujados según la mayor
parecido que tenemos aquí. Los de países extranjeros han sido copiados cuidadosamente de retratos encontrados en las familias de los pintores [...],
otros fueron tomados de la Academia de San Lucas en Roma, según los originales conservados allí. Las láminas fueron guiadas por dos hábiles profesores de la Real Academia de Pintura. Hemos tenido cuidado de no dar ningún retrato equívoco: algunos escaparon a nuestra investigación porque no fue posible encontrarlos; en su lugar se han colocado cartelas historiadas
relativas al carácter de cada pintor.

Entre los retratos grabados figuran algunas mujeres artistas, como Marietta Robusti, la Tintoretta nacida alrededor de 1554 y fallecida en 1590. hija primogénita y bastarda del Maestro veneciano Jacomo Robusti, conocido como Tintoretto. Este apodo fue acuñado por parte de sus compañeros de profesión, haciendo referencia a sus humildes orígenes como hijo de un tintorero de paños.

La importancia de este personaje femenino hay que enmarcarla en el contexto histórico y social de la Venecia del Cinquecento y Seicento. La Tintoretta fue una artista multidisciplinar famosísima y reconocida en su época, gracias en gran parte a la voluntad de su padre de ofrecerle una educación que en la época estaba reservada exclusicamente a las mujeres de origen noble. 

Esta misteriosa hija bastarda y tempranamente desaparecida existió porque su padre la creó a su imagen y semejanza , lo que implicaba ya toda una novedad en la educación femenina renacentista que residía en el trinomio esposa, monja o puta. Pero para enfrentarse a lo que la época imponía, su padre recurrió al disfraz o el travestismo, llevándola con él a todas partes vestida de niño para poder enseñarle las técnicas pictóricas y estrategias de la profesión, hasta que el desarrollo de la joven se hizo evidente, haciendo de Marietta una de las mujeres más deseadas de la Venecia de su época.

La obra de Antoine-Joseph Dezallier d'Argenville,  los trabajos de Mazzuco y el artículo de  José Luis Espinosa Sales han devuelto la voz a una mujer silenciada por la historia o devorada por la sombra alargada de su padre. Una artista de la Venecia de Cinqucento de la que no existe ni un sólo catálogo porque, entre otras cosas, nunca le interesó firmar sus telas o lo hizo quizá, con el nombre de su padre, al que consiguió imitar con maestría.

Bibliografía:

Espinosa Sales, José Luis (2018) Le tintorette: la educación femenina renacentista en la narrativa de Melania G. Mazzucco. Revista De La Sociedad Española De Italianistas, 12, 59-69.