Gryphe es el título de una de las revistas a disposición de los investigadores en la sala de nuestra biblioteca. Se trata de una publicación semestral especializada en patrimonio bibliográfico, que recibimos puntualmente por cortesía de la Biblioteca Municipal de Lyon, la entidad editora de la misma. Una simple ojeada nos deja una inequívoca impresión de la calidad de esta revista, tanto por su cuidada edición, como por su contenido, que no es casual, pues la Biblioteca Municipal de Lyon posee una riquísima colección de manuscritos e impresos anteriores a 1900. [Seguir leyendo]

Las elevadas cifras de sus fondos sorprenden (11.800 manuscritos, de los cuales 50 son merovingios y carolingios, 510 manuscritos medievales, de los cuales 200 son iluminados. 508.000 obras impresas anteriores a 1921, de las cuales 1.157 son incunables, 55.000 son del siglo XVI, 113.000 del siglo XVII y 199.00 del XIX, a los que hay que añadir los 400.000 volúmenes de la colección de Fontaines, de los jesuitas de Chantilly, que acoge desde 1999). La revista Gryphe tiene como vocación la difusión y la investigación de las colecciones antiguas, raras o preciosas de la Biblioteca Municipal de Lyon.

Puede parecer inaudito que una ciudad tenga una biblioteca municipal con un fondo antiguo tan rico, pero los que conocen la historia europea saben que Lyon fue desde finales de la Edad Media un centro comercial muy importante por sus intensas relaciones con Italia, y que vivió su mayor esplendor en el siglo XVI. Es entonces cuando se establecen allí los banqueros florentinos, y se desarrolla el comercio de la seda, convirtiéndose en la segunda ciudad de Francia. Lyon se benefició también de la presencia frecuente de los reyes, que entrañaba una intensificación de la vida económica y cultural. Lyon es en esta época una de las capitales europeas de la imprenta. Los primeros impresores se habían establecido en 1472, y a finales del siglo XV había ya 50 imprentas trabajando. La fase de prosperidad que conoce la ciudad hasta mediados del siglo XVI se corresponde con la gran época de la edición lionesa: en 1550 estaban en funcionamiento 100 talleres.

El impresor más destacado fue Sébastien Gryphe. Había nacido en Suabia en 1491. Hijo de impresor, aprendió el oficio en Alemania y en Venecia, desde dónde se trasladó a Lyon. Fue un hombre culto que actuó como bastión del humanismo lionés, pero fue también un competente hombre de negocios. Se especializó en la edición de clásicos latinos en pequeño formato con caracteres romanos, a imitación de las ediciones aldinas, surtiendo de libros escolares a toda Europa. Amigo de los principales hombres de letras del momento, publicó las obras de los grandes literatos y humanistas de la época, como Rabelais, Budé y Erasmo.

El declive de la imprenta lionesa comienza en torno a 1560. A las crecientes dificultades de orden social y económico, se unen las de carácter político: numerosos editores y obreros de la imprenta son protestantes. Cuando la ciudad es recuperada por los católicos en 1562, muchos impresores huirán a los Países Bajos y a Ginebra, que se convierten en las nuevas capitales de la edición europea.

La Biblioteca Municipal de Lyon, depositaria de aquella época dorada de la imprenta lionesa, tiene una historia que se remonta a 1565, cuando la municipalidad confía  la gestión del Colegio de la Trinidad a los jesuitas, que la desarrollarán hasta convertirla en una de las mejores del país. En 1765 se convierte en biblioteca pública, y a partir de 1803 adquiere su carácter de biblioteca municipal. El patrimonio escrito y gráfico que integra sus colecciones la sitúa en el segundo lugar después de la Biblioteca Nacional de Francia, de la que es un centro asociado en el campo de la Historia del Libro y de la Imprenta.

Lyon cuenta también con un Museo de la Imprenta. Creado en 1964 por el maestro impresor Maurice Audin con clara vocación didáctica, está instalado en el corazón de la ciudad. Sus colecciones están integradas por planchas de madera grabadas, cobres, clichés fotográficos, material técnico y máquinas dedicadas a la reproducción de imágenes y textos, así como un considerable fondo de libros y revistas que ilustran la historia de la imprenta y de las artes gráficas.

Merece la pena visitar Lyon para pasear además por sus barrios antiguos. Desde 1998 Lyon cuenta con una amplia superficie de su territorio clasificado como Patrimonio Mundial de la Humanidad. Entre los espacios protegidos está el Vieux Lyon, a las orillas del Saona, uno de los más extensos barrios de época medieval y renacentista conservados en Europa,  la colina de la Croix-Rousse, patrimonio urbano asociado a los obreros de la seda, los Canuts,  y la Presqu'île,  el centro actual de la ciudad que enlaza con la ciudad antigua por sus calles renacentistas (Rue Mercière) y sus avenidas haussmanianas.

Más información:

Página web de la Biblioteca Municipal de Lyon: http://www.bm-lyon.fr/

Página web del Museo de la Imprenta: http://www.imprimerie.lyon.fr/imprimerie/