En la Biblioteca Histórica existe un conjunto importante de impresos filipinos que tienen un problema particular y bastante grave de estabilidad, debido a su alto grado de acidez, que provoca a su vez una gran fragilidad del soporte. Esta reacción se supone causada por la intervención del alumbre contaminado con hierro que se utilizaba en la fabricación china del papel. [Seguir leyendo]
Como relata José Toribio Medina en su Historia de la imprenta en los antiguos dominios españoles de América y Oceanía. Tomo II p [33]:
"Este papel [...] es una de las causas de la grande destrucción de aquellos libros. Es detestable, quebradizo, sin resistencia ni consistencia, y se le llama de arroz porque se le supone fabricado con esta gramínea. Era el único que se empleaba entonces en Filipinas, no sólo para la imprenta, sino para todo género de escritos, cartas, etc. [...] los papeles de calidad secundaria que se recibían en Manila, adonde no se importa regularmente más que artículos comunes y de bajo precio, eran de 'kotsu'. Como todos los de fabricación china, están cargados de alumbre, los más finos como los más gruesos, con objeto de blanquearlos y suavizar la superficie, manipulación deplorable, porque hace al papel muy higrométrico, condición fatal para un clima tan húmedo como el de aquellas islas. Además, como el alumbre que emplean es impuro y contiene grandes proporciones de sales de hierro, la humedad y el tiempo hacen que se forme un óxido que mancha al fin el papel, por cuya razón los libros filipinos presentan una coloración que recorre la gama de tonos desde el color de hueso al de canela obscuro".
Algunos de estos libros filipinos ya han tenido que ser intervenidos en el departamento de conservación por su estado de fragilidad, como la obra: "Vocabulario del Iapon", impresa en Manila en 1630 [BH FG 2997], con un estado tan frágil que ha sido necesaria la laminación de cada hoja del libro. Debido al estado del papel, entre las hojas de estos libros suelen encontrarse pequeños fragmentos que pueden servir como muestras para ser analizadas. Durante la búsqueda de estas muestras en un libro facticio con impresos en Filipinas [BH DER 3635], descubrimos dos sellos estampados con claras características chinas, tanto por el tipo de tinta como por su aspecto, apreciándose en el inferior parte de un caracter chino (véanse ilustraciones). Desgraciadamente sólo se aprecian parte del sello que, muy probablemente proceda del fabricante del papel.