Se ha inaugurado en la Biblioteca la Muestra "Bordando Letras" en la que temporalmente se exhibirán diferentes piezas pertenecientes a la Colección Pedagógico Textil de la UCM. Los primeros tejidos seleccionados han sido dos dechados, modelos de bordado popular que recogen las muestras del mismo consideradas como más significativas. Son a su vez dechados marcadores, utilizados por las niñas de la época como modelo para aprender a bordar no sólo cenefas y motivos artísticos, sino, y especialmente, series de letras, números y escrituras, que servirían posteriormente para marcar la indumentaria y el ajuar propios. Al hacer los dechados se aprendían las técnicas de la costura y el bordado y, una vez aprendidas, los mismos dechados servían de ejemplo para copiar. En el caso de los dechados marcadores, las niñas, además, afianzaban sus conocimientos de lectura y escritura, aprendiendo a bordar letras y números, y a escribir, cuando menos, su nombre completo o las iniciales. [Seguir leyendo]
El dechado, del latín dictatum, significa en castellano el modelo, el ejemplar o muestra que se tiene presente para imitar. Y es, además, la labor que se realiza para aprender, imitando la muestra. El Tesoro de la Lengua, de Sebastián de Covarrubias (1611), recoge la siguiente definición para dechado, "el exemplar, de donde la labrandera faca alguna lavor, y por tralacion decimos fer dechado de virtud el que da buen ejemplo para que lo imiten".
Dechado firmado por Francisca Paula Muñoz (1877) |
En España existen noticias de dechados en el siglo XVI, dando cuenta el testamento de la Reina Juana I de Castilla de hasta 50 ejemplares. La referencia literaria más antigua a los dechados probablemente la encontremos en El Corbacho o Reprobación de Amor Mundano, de Alonso Martínez de Toledo, Arcipreste de Talavera, donde se refiere a los echandillos, diminutivo de dechado, como lienzo en que las niñas ejecutan las labores que sus maestras les enseñan. Podemos encontrar otras citas, como en La Celestina (1499) o La perfecta casada, de Fray Luis de León (s. XVI).
La época de esplendor de estas piezas fueron los siglos XVI, XVII y XVIII evolucionando desde una estructura clásica y tradicional hasta la innovación en hilos, tejidos, puntadas y la introducción de nuevas cenefas y temas y motivos simbólicos, además de con las variaciones propias de las distintas regiones de España.
La maestra de bordadoras, Maravillas Segura, estableció en 1949 la siguiente clasificación para los dechados: borradores, magistrales y marcadores. Los borradores, son aquellos que sirven para ver el efecto del trabajo antes de hacerlo en la obra final. Los magistrales, donde se persigue un efecto final bello y artístico, con cenefas y motivos distribuidos de forma armoniosa y, en ocasiones, incluyen diferentes elementos de adorno como abalorios, cintas, borlas... Y en último lugar los dechados marcadores, que reúnen letras, abecedarios y numeraciones que posteriormente copiarían para marcar la indumentaria y las piezas del ajuar. Los dechados marcadores abundan en la segunda mitad del siglo XIX, fecha en la que se comienza a marcar la ropa, sobre todo la ropa interior y la ropa de cama.
Para inaugurar la Muestra "Bordando Letras", se han seleccionado dos dechados magistrales marcadores, uno de ellos bordado por Basilia Pulido en 1911, en un paño de lino de 22x58 cm. [ MTX006114], con cenefas de diferentes estilos, abecedario y números árabes, y otro firmado por la labrandera Francisca Paula Muñoz en 1877, en un lienzo de lino y algodón, de 30x65 cm. [MTX000054] con distintos modelos de abecedarios, números árabes y temas animalísticos. Las piezas mostradas serán periódicamente sustituidas por otras de la colección dado que, por razones de conservación, el textil requiere periodos de exhibición más breves.
La colección de dechados del Museo Pedagógico Textil de la UCM, reúne más de 200 ejemplares, datando los más antiguos del siglo XVII. Tiene su origen en el Museo Pedagógico Nacional creado por la Institución Libre de Enseñanza a finales del XIX con el propósito de reunir fondos relacionados con la enseñanza. En esa época la incorporación de la mujer al mundo laboral y el auge de las industrias textiles influyeron en el abandono paulatino del bordado artesanal. Para salvaguardar estas artes tradicionales Manuel Bartolomé Cossío, director del Museo, planeó reunir una colección de encajes y bordados, adquiriendo numerosas piezas históricas y encargando a bordadoras, ex profeso, la reproducción de bordados para completar los fondos.
A partir de 1941, cuando fue disuelto el Museo, la sección de encajes y bordados pasó junto con otros fondos al Instituto San José de Calasanz de Pedagogía, dependiente del CSIC, ingresando posteriormente en la Universidad Complutense. En 1994 se cataloga la colección y se publica la Colección Pedagógico Textil de la Universidad Complutense de Madrid, obra de Mª Ángeles González Mena. Actualmente el Museo Textil se ubica en la Facultad de Ciencias de la Documentación (calle Santísima Trinidad, 37, Madrid) y reúne una colección de más de 6.000 piezas de incalculable valor artístico e histórico.
Agradecemos al Museo Textil de la UCM, la cesión temporal de estas piezas para su exhibición en la Biblioteca y a su responsable, Maite de León-Sotelo, sus conocimientos y buen hacer para lograr las óptimas condiciones expositivas necesarias en los materiales textiles. Las piezas estarán expuestas en la Biblioteca Histórica, hasta el próximo 9 de septiembre, en su horario habitual.
Bibliografía
- González Mena, Mª Angeles. Colección Pedagógico Textil de la Universidad Complutense de Madrid. Madrid, UCM, 1994
- Segura Lacomba, Maravillas. Bordados populares españoles. Madrid, Instituto San José de Calasanz de Pedagogía (CSIC), 1949
- Stapley, Mildred. Tejidos y bordados populares españoles. Madrid, Editorial Voluntad, 1924