Recientemente ha sido depositada en la Biblioteca Histórica una nueva pieza perteneciente a la colección del Patrimonio Histórico-Artístico de la Universidad Complutense de Madrid. Se trata de un retrato del filósofo holandés Baruch de Spinoza, obra del pintor Joaquín Sorolla, un óleo sobre lienzo de 83 x 60 cm, que podría fecharse en 1902, perteneciente al legado de la Fundación Simarro y que durante décadas figuró inventariado como anónimo. [Seguir leyendo]
Como se ha indicado, se trata de un retrato al óleo de Baruch de Spinoza, reproduciendo un modelo aparecido en grabados del siglo XVII, que representa el busto del filósofo racionalista de origen sefardí, ataviado según la moda holandesa del siglo XVII. Dentro de un óvalo de tonos marrones, las pinceladas amplias, rotundas y tensas empleadas son propias del periodo de madurez del pintor, y el contraste de negros y blancos realzan el rostro amable de Spinoza, un tanto enjuto en este cuadro, de frente despejada y ojos melancólicos, que parece mirar hacia la derecha del espectador. Sorprende observar en las esquinas del lienzo posibles pruebas del pintor, con azules luminosos y bocetos de figuras, que nos llevan a preguntarnos si buscaba Sorolla representar algo más tras el retrato o se trata de pinceladas sueltas.
Autoría del retrato
Hasta el año 2006, fecha de los preparativos de una exposición que el Área de Cultura de la Fundación General de la UCM organizó en el Botánico de la Complutense para mostrar sus fondos artísticos, este cuadro figuró inventariado bajo el título Retrato de caballero y de autor anónimo. Se trataba de una obra que formaba parte del legado del doctor Luis Simarro, afamado neuropsiquiatra y padre la Psicología Experimental española de finales del siglo XIX, depositado en la Universidad.
Revisando las obras a exponer en dicha Muestra, la entonces Jefa de la Unidad de Gestión del Patrimonio Artístico de la Universidad, Julia Irigoyen, confirmó la existencia de un retrato semejante al que nos ocupa, de un autor desconocido holandés del XVIII, que se ha repetido mucho (que también Sorolla debió copiar) y que representaba a Baruch de Spinoza, gran filósofo racionalista holandés, a quien Simarro admiraba.
Consideró además Irigoyen la idea de que el retrato, "de larga pincelada y soltura de trazo", pudiera ser un Sorolla y para confirmar esta posibilidad pidió al Secretario de la Fundación Simarro, Javier Campos, que averiguara si el médico Simarro, gran amigo personal del pintor, pudo interesarse por Spinoza y obtener así algún dato que permitiera adjudicar la obra a Sorolla. El legado del psicólogo incluía ya una decena de cuadros del artista valenciano. Casi inmediatamente Javier Campos confirma que, en efecto, en el libro Un andaluz de fuego: (Francisco Giner de los Ríos) de Juan Ramón Jiménez, hay un comentario del poeta sobre Simarro y sobre el retrato: "Cuando el doctor Simarro me leía, con su entusiasmo afanoso, fragmentos de la Ética (aquellas noches ricas, junto al fuego que rojeaba tantos libros de todas clases, y el retrato de Spinoza que Simarro le había pedido a Sorolla que le pintara), yo veía brotar, surgir en la penumbra las palabras (...) formando ideas como orbes de sentido, de conciencia, de belleza y de verdad". Asimismo, en la memoria presentada para optar a la Cátedra de Psicología Experimental de la Universidad de Madrid aparece una cita del autor holandés.
El análisis químico de los pigmentos y su estudio comparativo con otros cuadros de Sorolla del legado Simarro (concretamente se tomó como referencia comparativa el lienzo María en El Pardo, un retrato de la hija del pintor, María Clotilde, con la sierra de Guadarrama al fondo) fue otra prueba concluyente, junto con la preceptiva visita al Museo Sorolla, cuyo director, Florencio Santa-Ana, ratificó la adjudicación.
Finalmente, Bernardino de Pantorba, estudioso de Sorolla y autor del primer catálogo de sus obras, recoge textualmente del pintor: "Lo que más me ha interesado, lo que de un hombre pinto con más cuidado y respeto es la frente", rasgo éste que, sin duda, cobra gran importancia en el retrato de Spinoza.
Baruch de Spinoza
Baruch de Spinoza, 1632-1677, (también escrito Baruj, latín: Benedictus de Spinoza, portugués: Bento d'Espinoza) es el principal representante del racionalismo moderno y pertenece al grupo de los filósofos más ilustres del siglo XVII, muchos de ellos matemáticos y científicos, en el que figuran Descartes, Leibniz y Hobbes. Nacido en el barrio judío de Amsterdam en el seno de una familia de comerciantes de origen español o portugués, realiza estudios teológicos y comerciales en la escuela judía, compaginándolos con el trabajo en el comercio familiar.
A temprana edad comienza a mostrar una actitud crítica frente a la educación teológica recibida y asiste a la escuela del ex-jesuíta Francis Van den Enden donde aprende latín, literatura antigua y la filosofía y la ciencia cartesiana. (Desde 1642 existe prohibición en las universidades holandesas de tratar las obras de Descartes, llegando en 1656 a ser estatal).
A causa de su crítica racionalista de la Biblia, en 1656, con 25 años y fallecido su padre, Spinoza fue expulsado de la comunidad judía, excomulgado y desterrado de la ciudad, viéndose obligado a malvivir en un barrio de las afueras y ganarse la vida puliendo lentes para instrumentos ópticos bajo encargo de científicos, como su amigo Christian Huygens.
Los notables judíos, políticamente vinculados a la Casa de Orange, antihispánicos y con intereses en las Compañias de las Indias, lo tildaron de rebelde, debido a sus simpatías con los liberales y con el partido republicano de Jan de Witt (1653-1672), de quien se dice recibía una pensión. Spinoza frecuentó a algunos grupos cristianos liberales y anticlericales, colegiantes y mennonitas. Redacta su Apología para justificar su salida de la sinagoga, obra perdida que algunos consideran el germen de su Tractatus theologico-politicus.
En 1660, las autoridades civiles lo expulsaron de Amsterdam, trasladándose a Leiden, donde surgen sus primeras obras: en 1663, la edición latina de los Principios de la filosofía de Descartes, junto con Pensamientos metafísicos y en 1664, su versión holandesa, las dos únicas obras publicadas con su nombre y en vida.
En 1663 se traslada a Voorburg, cerca de La Haya, sede del gobierno y suspende provisionalmente la redacción de la Ética, la más famosa de sus obras. Comienza la del Tratado teológico político, un tratado en defensa de la libertad de pensamiento y de expresión, así como una demostración de la autonomía de la política frente a la religión y de la democracia como la forma más natural de gobierno, lo que convierte a este tratado en el más importante a favor de la libertad de la Edad Moderna. Spinoza publica este polémico Tratado de forma anónima y con la apariencia de una edición alemana, bajo la protección de Witt.
La Biblioteca Histórica posee entre sus fondos un ejemplar de esta obra, que puede ser consultado a texto completo y de forma gratuita en este enlace.
Benedictus de Spinoza
Tractatus theologico-politicus : continens dissertationes aliquot, quibus ostenditur libertatem philosophandi non tantum salua pietate, & Reipublicae pace posse concedi, sed eandem nisi cum pace reipublicae, ipsaque pietate tolli non posse ...
Hamburgi [i.e. Amsterdam] : apud Henricum Künrath [i.e. Rieuwertsz, Jan], 1670
BH FLL 3660
La obra se difundió por Europa, provocando un gran escándalo y siendo objeto de numerosas críticas, siendo prohibida por el gobierno en 1674. En el ambiente intolerante de la Holanda del siglo XVII y sin la protección de los hermanos de Witt (son asesinados en 1672, asumiendo el poder el partido orangista), Spinoza decide no traducir el Tratado al francés y no publicar más libros, a pesar de que ya en 1675 su obra Ética estuviera terminada. En 1673 rechazó el ofrecimiento a enseñar Filosofía en la Universidad de Heidelberg debido a la falta de libertad de cátedra imperante.
Cada vez se encuentra más solo, desarraigado y sin posesiones materiales (renunció a la sucesión del padre), y enfermo por culpa de una tuberculosis que contrajo en su juventud, aunque recibe numerosas visitas de hombres ilustres que quieren conocer la Ética y debatir sus ideas.
El 21 de enero de 1677 fallece Spinoza en La Haya, enfermo de tisis, a la temprana edad de 44 años. Se levanta acta notarial de sus bienes y el catálogo de su biblioteca en el que se reseñan 23 títulos relativos a España, 16 de ellos en castellano, con obras de Góngora, Quevedo, Cervantes, Covarrubias, Antonio Pérez, Gracián, Saavedra Fajardo, Pérez de Montalván, Pinto Delgado, la Biblia de Ferrara...
En el mismo año de su muerte sus amigos editaron todas las obras inéditas que encontraron en doble edición latina, Opera posthuma, y holandesa, De Nagelate Schriften, contienendo Ética, Tratado político, Tratado de la reforma del entendimiento, Compendio de gramática hebrea (estos tres incompletos) y Cartas. En 1862 se descubre y publica el Tratado breve (Korte Verhandeling).
Fragmento de Tractatus theologico-politicus (1670)
"Quizá alguien piense, sin embargo, que de este modo convertimos a los súbditos en esclavos, por creer que es esclavo quien obra por una orden, y libre quien vive a su antojo. Pero esto está muy lejos de ser verdad, ya que, en realidad, quien es llevado por sus apetitos y es incapaz de ver ni hacer nada que le sea útil, es esclavo al máximo; y sólo es libre aquel que vive con sinceridad bajo la sola guía de la razón. La acción realizada por un mandato, es decir; la obediencia suprime de algún modo la libertad; pero no es la obediencia, sino el fin de la acción, lo que hace a uno esclavo. Si el fin de la acción no es la utilidad del mismo agente, sino del que manda, entonces el agente es esclavo e inútil para sí".
Luis Simarro Lacabra
El Dr. Luis Simarro Lacabra, de quien procede el valioso legado que incluye esta obra, fue un afamado psiquiatra, Catedrático de Psicología Experimental de la Universidad de Madrid. Nació en Roma en 1851, mientras su padre realizaba estudios de Bellas Artes, quedando huérfano de padre y madre a la temprana edad de tres años. Bajo el amparo de familiares y benefactores, fue su padrino, el pintor Luis Madrazo, quien facilita su ingreso en el Colegio de Nobles de San Pablo. Inicia sus estudios de Medicina en la Facultad de Valencia pero sus ideas liberales y su defensa del positivismo provocan enfrentamientos con sus profesores que le obligaron a trasladarse a Madrid para poder finalizar sus estudios, doctorándose en 1875. Posteriormente imparte docencia en la recién creada Institución Libre de Enseñanza y ejerce como médico del Hospital de la Princesa, de la Beneficencia y del Manicomio de Santa Isabel.
En 1880, sintiéndose desconectado de los progresos científicos, toma la decisión de trasladarse a París de donde regresa en 1885 con una sólida formación como neurólogo y amplios conocimientos de neurohistología. Trabaja por su cuenta como neuropsiquiatra y, siendo un apasionado del trabajo de laboratorio, creó uno propio del que pudo beneficiarse su círculo de investigadores.
En 1902 obtiene la Cátedra recién creada de Psicología Experimental de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Madrid. Laboratorios y docencia fueron su pasión y necesidad, desde ellos ejerció la mayor influencia ya que su producción editorial fue escasa. La biblioteca de su casa, que contaba con más de 4.000 volúmenes, fue además lugar de reunión para mucho intelectuales, políticos y artistas coetáneos, entre ellos el pintor Joaquín Sorolla con quien mantuvo una gran amistad.
Fue Gran Maestre de la masonería y fundó la liga para la Defensa de los Derechos del Hombre y el ciudadano. Fue un gran admirador del filósofo racionalista Spinoza, por cuyas ideas se interesó y estudió para contribuir al desarrollo de la psicología en España.
"La actividad más importante que un ser humano puede lograr es aprender para entender, porque entender es ser libre... He cuidado atentamente de no burlarme de las acciones humanas, no deplorarlas, ni detestarlas, sino entenderlas". (Baruch de Spinoza)
En el plano personal, Simarro enviudó joven y no tuvo descendencia pero su generosidad le llevó a acoger y a cuidar en su casa a algunos de sus alumnos y amigos más cercanos, como ocurrió con Juan Ramón Jiménez (amigo y paciente) cuando el poeta enviudó y quedó solo y deprimido. Fue además amigo entrañable del pintor Joaquín Sorolla.
Tras su fallecimiento en 1921 legó todos sus bienes y la mayor parte de su fortuna para crear la Fundación que lleva su nombre, dotada de un gran laboratorio experimental que contribuyera al estudio y el desarrollo de la psicología experimental en España. La Fundación se constituyó en 1927, en el año 1945 se adscribe a la Universidad Central de Madrid y a finales de los años 80 del siglo pasado, es absorbida por la recién creada Fundación General de la UCM. La Universidad Complutense de Madrid es depositaria del legado, ubicado en varios lugares del campus, entre ellos la Facultad de Psicología y la Biblioteca Histórica.
El legado de la Fundación Simarro está constituido por fondos pictóricos, bibliográficos, documentales y científico-técnicos. La biblioteca está formada por más de 4.000 volúmenes, un centenar anteriores al siglo XIX; la notable pinacoteca incluye cuadros de Madrazo, Beruete, Sala, Casanova ,Sorolla... (entre ellos el retrato de Spinoza que nos ocupa), además de obras de su padre, el pintor Ramón Simarro y numerosos grabados de diversos autores, entre los que destacan Durero y Goya; el fondo incluye abundante documentación personal y de personajes contemporáneos de Luis Simarro con los que mantuvo correspondencia. El legado se completa con el material científico-técnico que incluye abundantes dibujos y preparaciones histológicas complementarias d elas realizadas por Ramón y Cajal y agendas que recogen la actividad clínica del doctor Simarro y aparatos de laboratorio de psicología experimental.
Sede del lienzo Retrato de Baruch de Spinoza, de Sorolla
Durante la presentación pública del retrato de Spinoza en los Cursos de Verano 2008 de la Universidad Complutense de Madrid, el entonces Rector D. Carlos Berzosa declaró su deseo de que el lienzo ocupara un lugar relevante en la Universidad. Así, hasta el año 2011 el cuadro ha estado expuesto en el Vicerrectorado de Cultura, fecha de su traslado a su actual sede, la Biblioteca Histórica "Marqués de Valdecilla", donde ocupa un lugar privilegiado para poder ser contemplada por el público en general, al resolverse su ubicación en una zona incluida en el circuito de visitas públicas a la Biblioteca, que se organizan de forma periódica y en las que toda persona interesada puede inscribirse previa solicitud.
Ficha técnica:
Joaquín Sorolla
[Retrato de Baruch de Spinoza]
Oleo sobre lienzo. 0,83 x 0,60 m.
Hacia 1902
Localización: En proceso de reubicación
Inventario del Patrimonio Artístico de la Universidad Complutense de Madrid, nº 339
Bibliografía
- Campos Bueno, José Javier. Art and Science in Sorolla's Painting A Research in Dr. Simarro's Lab. Psychologia Latina, 2010, 1 . pp. 9-26. Acceso al texto completo
- Collinson, D. Fifty major philosophers : a reference guide. London and New York : Routledge, 1988
- Deleuza, G. Spinoza, Kant, Nietzsche. Barcelona : Labor, 1974
- Domínguez, A. Baruch de Spinoza (1632-1677). Madrid : Ediciones del Orto, 1995
- Enciclopedia de obras de filosofía. Editada por Franco Volpi, edición espñola a cargo de Antoni Martínez Riu. Barcelona : Herder, 2005
- Expertos atribuyen un retrato anónimo de Spinoza a Joaquín Sorolla. ElPais.com (16 de julio de 2008)
- Jiménez, Juan Ramón. Un andaluz de fuego : (Francisco Giner de los Ríos). Moguer : Ediciones de la Fundación El Monte y La fundación Juan Ramón Jiménez, 1998
- Luis Simarro y la psicología científica en España : cien años de la Cátedra de Psicología Experimental en la Universidad de Madrid : catálogo de la exposición celebrada en la Biblioteca Histórica de la UCM en 2002. Acceso al texto completo
- Patrimonio artístico de la Universidad Complutense de Madrid, inventario a cargo de Julia Irigoyen. 2ª ed. Madrid : UCM, 2001
- ¿Pintó Sorolla este cuadro?. ElPais.com (14 de junio de 2009)
Enlaces de interés
- Luis Simarro y la Psicología Científica en España : exposición bibliográfica celebrada en la Biblioteca Histórica de la UCM en 2002. Acceso a la exposición virtual
- Legado Luis Simarro. Museos y Colecciones UCM. Acceso
- Simarro, Luis. Ensayo de una exposición sistemática de las relaciones materiales entre el organismo y el medio como fundamento de una teoría general de higiene [Manuscrito]. Tesis de doctorado leída en la Universidad Central en julio de 1875. Acceso al texto completo en pdf