La siguiente operación en el tratamiento de la obra consiste en el desmontaje de los pliegos del libro para su introducción en los distintos baños que componen el tratamiento de fitatos para la estabilización de tintas ferrogálicas activas. La aplicación del fitato de calcio a la estabilización de la corrosión provocada por estas tintas procede de las investigaciones de J. Neevel a partir de 1995. Los fitatos son sales presentes en las semillas que actúan como agente protector contra la oxidación, lo que consigue ampliamente ya que permite que una semilla pueda germinar tras 4 siglos si ha sido almacenada en un ambiente seco. [Seguir leyendo]

Neevel desarrolló el tratamiento de fitato de calcio combinado con desacidificación con bicarbonato de calcio y demostró que resultaba efectivo para la estabilización de la reacción que provoca la corrosión del soporte por oxidación y acidez. Jana Kolar y col. demostraron que el tratamiento con fitato de magnesio -también combinado con  desacidificación con bicarbonato de calcio- era igualmente efectivo para la estabilización y desarrollaron esta alternativa, cuya ventaja principal fue que, al contrario que con el fitato de calcio,  en la preparación de la solución no era necesaria la intervención de amoniaco, producto tóxico por inhalación.

Ambos tratamientos tienen la gran desventaja de ser de aplicación acuosa, lo que entraña la necesidad del desmontaje de todas las hojas para ser sometidas a los distintos baños, con el consiguiente impacto en la integridad de la encuadernación y lentitud del tratamiento. En todo caso, es la única alternativa bien establecida para este problema, mientras seguimos esperando la aplicación práctica de otros productos investigados - como el Tetra Butil Amonio Bromuro (TBABr)- que permitirían una aplicación no acuosa en las hojas de un libro sin necesidad de ser desencuadernado.

Profundizando en el mecanismo de actuación de los fitatos para lograr la estabilización, cabe explicar que se trata de una quelación. Mediante la quelación, el agente quelante -en este caso el fitato- "secuestra" a los iones del metal -en este caso el hierro (II)- incorporándolo a una macromolécula y desactivando así el poder catalítico del metal. En otras palabras, si comparamos el ión de hierro (II) con un animal dañino, la quelación equivaldría a encerrar a ese animal en una jaula y así evitar su actividad molesta.

El desmontaje de las hojas del manuscrito esta siendo llevada a cabo por Inmaculada Latorre. Consiste en seccionar el hilo en el interior de cada cuaderno y sacar los pliegos ya liberados de la costura. Previamente se verifica que la foliación del manuscrito es la correcta -subsanando erratas si las hubiere- para garantizar la reordenación posterior de las hojas. Cada pliego desmontados se sitúa entre dos láminas de un material protector permeable que permite la manipulación de las hojas y la circulación de los líquidos en los distintos baños. En esta ocasión hemos optado por el TNT 54  de la empresa CTS por su alta permeabilidad y la posibilidad de termosellado, ya que hemos decidido sellar los bordes de este material, formando un sobre cerrado, para evitar la pérdida de fragmentos de cada pliego debido al estado de gran fragilidad de las hojas -de hecho algunos fragmentos ya se encontraban desprendidos entre las hojas de la obra-.

A partir de aquí, el tratamiento constará de los siguientes baños:

• Varios baños en agua para la eliminación de gran parte de los productos de degradación, hierro soluble y ácidos.
• Baño en la solución de fitato de magnesio
• Lavado intermedio en agua
• Desacidificación en dos baños consecutivos de solución saturada de bicarbonato de calcio.

Todas estas etapas serán publicadas en el siguiente post de la serie.

Post relacionados:

• Nuevos avances para la estabilización de la corrosión de tintas metaloácidas
• El "libro nº 1000" (1ª parte)
• El "libro nº 1000" (2ª parte). Examen y determinación del tratamiento
• El "libro nº 1000" (3ª parte). El misterio del hilo azul