Cuando Jorge Juan y Antonio de Ulloa regresan a Madrid en 1744 tras nueve años en la expedición para medir el arco del meridiano, había muerto ya Felipe V, su promotor. Fueron recibidos con indiferencia en el despacho de Marina y en la Secretaría de Estado. Finalmente, el general de la Armada Pizarro, viejo amigo de Chile, les presentó al Marqués de la Ensenada, quien les apoyó para la publicación de la relación del viaje y las observaciones realizadas. El Marqués supo ver las posibilidades de rentabilización de los resultados de esta expedición de cara a la nueva política en relación con las posesiones de Ultramar. Con la publicación de estas obras comenzaba un proyecto editorial de la monarquía, en el que la ciencia se pone al servicio de su política reformista. Fruto de la colaboración con el Marqués de la Ensenada será la publicación de otra obra más resultante de la expedición y firmada conjuntamente por Jorge Juan y Ulloa: la Disertación Histórica y Geográfica sobre el Meridiano de Demarcación. A partir de entonces se inicia una etapa de trabajo fecunda y una relación de amistad con el Marqués, que permanecería inalterable aún después de su caída. [Seguir leyendo]
La difusión de la exploración científica de Jorge Juan y Ulloa tenía un gran valor propagandístico para la monarquía, en un momento en que una de las mayores preocupaciones era el permanente hostigamiento de las fronteras del imperio español por ingleses y franceses, poniendo en duda la legalidad de algunas de sus posesiones. El proceso de publicación Relación histórica del viaje a la América meridional y de las Observaciones astronómicas y físicas coincide con la delimitación de un lenguaje político propio en los comienzos del reformismo borbónico. En un país profundamente tradicionalista, se trataba de establecer un nuevo lenguaje que permitiera introducir innovaciones, sin aparentemente romper con la tradición. La monarquía reformista tenía que asentar cualquier cambio en el contexto de una tradición bien establecida. Para ello era necesario emplear la fórmula de la restauración. La búsqueda de un lenguaje político propio generó un mecanismo de relectura de las hazañas del pasado. Era fácil interpretar la expedición de Jorge Juan y Ulloa en relación con las gestas de descubrimiento y exploración de la época de la conquista de América. Se ensalzaron las figuras de ambos, modelos de patriotismo y abnegación. Pero ante todo, se trataba de conectar las hazañas de ambos con las necesidades inmediatas.
El comienzo de las reformas borbónicas para poner al día la estructura de una monarquía atlántica se vincula a la firma del Tratado de Madrid en 1750, que fijó los límites de las posesiones de España y Portugal. Este tratado constituyó un primer paso para el establecimiento de políticas de mayor control y rentabilización de los espacios coloniales. En este contexto se publica en 1749 la Disertación sobre el meridiano de demarcación entre los dominios de España y Portugal (BH FG 2558), escrita por Jorge Juan y Ulloa en un corto periodo de tiempo por encargo del Marqués. Con esta obra se pretendía zanjar científicamente la cuestión de determinar los términos que atravesaba el meridiano que Alejandro VI señaló como demarcación para los descubrimientos de ambas naciones, y que todavía se negociaba desde el Tratado de Tordesillas. Más que un epígono de los trabajos de la expedición del meridiano, esta obra representó el triunfo de la política publicista de la monarquía borbónica, poniendo la ciencia al servicio de las relaciones internacionales. Los autores afirman en la introducción que su propósito es: "determinar como geographos, què parages corta el Meridiano de Demarcacion, sin pretender otro fin que el que tienen por objeto las Ciencias todas aspirando à la consecución de la verdad, al servicio del Estado, y al mayor beneficio de la Patria".
Justificando la necesidad de esta obra, afirman que viene a completar aspectos que en la Relación del viaje... quedaron confusos e incompletos, puesto que se hablaba allí de la existencia del meridiano, pero no se delimitaban los territorios que cortaba el mismo. Siendo ésta una cuestión fundamental, proponen resolverla a partir de las observaciones más autorizadas llevadas a cabo. Éstas, como se puede leer más adelante, no son otras que las que hizo La Condamine por el interior de Brasil, una vez que hubiera abandonado la expedición, que publicó en1745[1]*. Consideran dichas observaciones como del mayor crédito, pues además contaban con la imparcialidad de su autor, dada su nacionalidad francesa. Con un oportunismo notorio relatan el hecho de tal manera, que parece como si La Condamine hubiese hecho su expedición particular por el Amazonas para satisfacer la necesidad del rey de España de conocer los términos por los que pasaba el meridiano, que Jorge Juan y Ulloa no pudieron hacer por tener que atender otros asuntos. No olvidemos que la Disertación fue escrita por encargo del Marqués de la Ensenada, el mismo que en 1747 había ordenado cambiar la inscripción del monumento conmemorativo de la expedición erigido en Quito en 1740, en el que no se había reconocido la aportación española. El nuevo texto haría referencia a Felipe V y Luis XV, en esta orden, como auspiciadores de dicha expedición.
La Disertación reeditaba algunos argumentos presentes en las Observaciones... y en la Relación histórica... tratando en sus cuatro puntos el proceso de ocupación, los intentos de arreglo del contencioso limítrofe, los derechos de los españoles y las noticias sobre las áreas en litigio, entrecruzando inteligentemente datos históricos y científicos. La Disertación proporcionaba a los negociadores españoles criterios científicos en sus negociaciones con Portugal. Ponía de manifiesto la vigencia del Tratado de Tordesillas, pero cuando quedó claro que la estrategia negociadora española implicaba su superación, fueron requisados los 300 ejemplares editados. A pesar de esto, la Disertación jugó un importante papel en la negociación del Tratado de de Límites suscrito por ambas naciones en 1750, facilitando la consecución del acuerdo mediante criterios científicos, por el que España cedía a Portugal el Amazonas a cambio del Río de la Plata.
El volumen conservado en la Biblioteca Histórica perteneció a Francisco Guerra. Gracias a la incorporación de su biblioteca, la colección de obras de Jorge Juan de nuestros fondos se enriqueció notablemente, y está prácticamente completa.
Bibliografía:
- Lafuente, Antonio ; Mazuecos, Antonio. Los caballeros del punto fijo, Madrid, 1987
- Lucena Giraldo, Manuel. Clásicos en vida: las publicaciones de Jorge Juan y el reformismo borbónico en América. Alicante, 2006?, Biblioteca Virtual Cervantes.
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[1] Véase en Folio Complutese: La primera expedición científica al Amazonas : el viaje de Charles-Marie de la Condamine (Juan Manuel Lizarraga, 21 de febrero 2013)