Recientemente el Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha editado la obra Leyendo en Edo o Breve guía sobre el libro antiguo japonés, de José Luis Gonzalo Sánchez-Molero, en la colección "Serie 23 de abril", conmemorativa del Día del Libro. José Luis Gonzalo es profesor titular de la Facultad de Ciencias de la Documentación de la Universidad Complutense de Madrid, siendo sus campos de investigación la historia moderna de España, la historia del libro y de las bibliotecas, el erasmismo y las obras de Cervantes. Su interés por el libro antiguo oriental viene ya de hace unos años cuando, como cuenta en la introducción de esta obra, tuvo en su manos en el año 2.000 una edición china en la Real Biblioteca de El Escorial. Fruto de este interés fue, entre otras aportaciones, la exposición virtual que organizó en la Biblioteca Histórica en septiembre del 2011 con el título de El libro antiguo japonés: análisis material y guía visual, que por sus numerosas ilustraciones, sirve de complemento a la obra recién publicada. [Seguir leyendo]
El libro tiene como objetivo ofrecer una breve introducción a la historia de la cultura escrita en Extremo Oriente, en general, y en Japón en particular. Pero, además, propone plantear la necesidad de una comparación crítica entre el libro antiguo oriental y el occidental.
"Una comparación en la que los materiales bibliográficos asiáticos no deben ser vistos como productos exóticos, sino que su estudio y comprensión han de servir para suscitar un fructífero debate entre nuestra concepción del libro, ligada a la figura de Johannes Gutenberg, y otra concepción, la oriental, en la que el libro impreso aparece vinculado a otros nombres muy anteriores al del tipógrafo alemán, como el del herrero Jen-Tsung o el del ingeniero Bi Shing. ¿Galaxia Gutenberg hoy?, sin duda, pero hubo (y hay) otras en nuestro planeta" (pág. 13).
Desde este planteamiento, la obra, como la exposición virtual, va haciendo un repaso de distintos aspectos básicos de la cultura escrita oriental como la escritura, los materiales escriptorios y estilos caligráficos en Extremo Oriente, los formatos de los libros, las técnicas de impresión y encuadernación, o la tipología de los libros japoneses. Por supuesto, se aportan los datos más conocidos en Europa sobre las primeras impresiones en Oriente, desde el primer libro xilográfico datado hasta el momento, la Sutra del Diamante (868), un rollo descubierto en Dunhuang a principios del siglo XX y hoy conservado en la British Library. Pero también se nos habla de otro rollo xilográfico probablemente impreso con anterioridad, pero sin fecha escrita, encontrado en Corea en un templo, en la estupa Seogka, datada en 752, la aparición de frágiles tipos móviles de porcelana en el siglo XI, y tipos ya metálicos en Corea en el siglo XIII. Y menciona, por supuesto, el primer libro impreso con tipos móviles metálicos, la obra Jikji simche yojeol, una tratado de budismo zen impreso en Corea en 1377 y en la actualidad en la Biblioteca Nacional de Francia.
Se subraya la importancia de la técnica xilográfica frente a la tipográfica por variadas razones entre las que sobresalía que el sistema ideográfico de escritura obligaba a fundir un número casi inmanejable de tipos, la impresión era lenta y laboriosa y, por tanto, las imprentas de este tipo no eran rentables frente a la enorme ventaja comercial de las imprentas xilográficas.
No obstante el estudio de todos los aspectos relacionados con la cultura escrita oriental, la obra Leyendo en Edo se centra especialmente en la cultura libraria de Japón durante el periodo denominado así, unos doscientos cincuenta años de relativa paz y prosperidad gracias al gobierno de los sogunes de la familia Tokugawa (1603-1868). En este periodo:
"...Los libros y la lectura se convirtieron en elementos esenciales de la vida cotidiana, y la demanda de estos productos modificó el tradicional mercado japonés del libro. Ya no existía sólo una minoría lectora, que consumía esencialmente libros religiosos y artístico-literarios, sino una mayoría de la población que también demandaba lecturas de formación cultural, de edificación religiosa o de entretenimiento, para cuya satisfacción la copia manuscrita caligráfica o la impresión xilográfica monástica resultaban claramente poco operativas. La única solución factible consistía en impulsar un desarrollo de la imprenta que fuera capaza de producir los libros que la población de las ciudades demandaba..." (pág. 102).
Es la época de la sociedad del "Mundo flotante" en la que los comerciantes y los nuevos ciudadanos crearon un espacio para el entretenimiento, para el placer, con una nueva estética donde florecieron numerosísimas imprentas que editaban libros más allá de los religiosos, incluso copiados de China, como el ejemplo de 1791 del Geka seiko que posee la Biblioteca Histórica y que también fue estudiado por José Luis Gonzalo (véase artículo en Pecia Complutense). Es también la época de esplendor de los grabados denominados ukiyo-e, de los que la Biblioteca de la Facultad de Bellas Artes de la UCM tiene una importante colección que fue objeto de una hermosa exposición en la Biblioteca Histórica titulada Flores de Edo.
Desde luego, esta obra es una hermosa forma de conmemorar el Día del Libro "de una manera diferente, volviendo nuestra mirada hacia otros conceptos de libro que nos permitan reflexionar sobre nuestra propia concepción de este "artefacto cultural". Agradecemos al profesor Gonzalo su interés por el libro antiguo oriental, tan falto de dedicación en España y, por supuesto, estamos encantados con la donación que ha hecho de un ejemplar de Leyendo en Edo a la Biblioteca Histórica.