En fecha reciente ha entrado a formar parte de nuestra colección de referencia la obra de Cristina Gónzález Hernández La Junta de Libros de Tamayo de Vargas: ensayo de documentación bibliográfia. Se trata de su tesis doctoral, realizada bajo la dirección de Mercedes Fernández Valladares sobre este repertorio de bibliografía española del siglo XVII , y defendida en la Facultad de Filología de la Universidad Complutense, que fue publicada en 2012 por la Fundación Universitaria Española.

La obra transcribe el manuscrito de la Junta de Libros conservado en la Biblioteca Nacional, cotejándolo con la única edición moderna existente del mismo. Ofrece la identificación las 940 entradas que aparecen en la Junta, en las que se describen 1576 obras, documentando cada uno de los asientos bibliográficos con su tradición bibliográfica posterior, e informa de los ejemplares conservados en las bibliotecas del mundo. Completa su obra con varios índices, que constituyen eficaces instrumentos de consulta y la convierten en una valiosa herramienta científica.

Tomás Tamayo de Vargas fue un erudito madrileño que ejerció como traductor de lenguas clásicas, maestro, historiador, secretario de la embajada de España en Venecia, cronista General de Castilla, cronista de Indias y fue además autor de una obra amplia de géneros variados. Pero la parte que más nos interesa de su biografía es su actividad como bibliotecario en la biblioteca del Conde Duque de Olivares, y también en la suya propia, en la que se apoya su labor como bibliógrafo. Elaboró un repertorio, que tituló Junta de libros, que supone un testimonio de la actividad bibliográfica del primer tercio del siglo XVII en España, pionero en una época en la que no había en nuestro país ningún modelo a seguir.

La Junta reúne la producción de autores, tanto españoles como extranjeros, que escribieron en español o cuyas obras fueron traducidas al español. Por ello puede considerarse una bibliografía nacional. Se trata de una obra diseñada para mostrar la riqueza de la producción intelectual en español. Es así mismo una bibliografía general, puesto que recoge toda clase de obras, independientemente de su género y su materia. Comprende, por tanto, títulos de todas las disciplinas. El periodo cronológico de los autores consignados es muy amplio, incluyendo autores medievales y modernos, incluso autores coetáneos. Se trata de una biobibliografía, pues la obra está estructurada por autores, indicando el lugar de nacimiento y la profesión, y a continuación ofrece la lista de obras impresas y manuscritas de cada uno. Tamayo y Vargas se incluye a sí mismo en esta lista de autores, por lo que la Junta se caracteriza también por ser una autobibliografía.

Tamayo redactó la Junta teniendo delante los libros, a los que pudo tener acceso gracias a su labor al frente de la biblioteca del Conde Duque. Las noticias bibliográficas están tomadas directamente, lo que se puede comprobar por la transcripción literal de los títulos de los libros, y por la fidelidad de las indicaciones tipográficas. Se trata, por tanto, de una bibliografía primaria, o de primera mano. Tamayo tuvo gran interés en publicar su obra,  que pensó con una orientación eminentemente práctica, como libro de consulta o manual. Sin embargo su deseo no llegó a hacerse realidad.  La Junta de libros se ha transmitido en tres manuscritos, de los que  es el principal el conservado en la Biblioteca Nacional,  a partir del cual se produjeron los otros dos, conservados en la Biblioteca de la Universidad de Oviedo y en la Biblioteca Vaticana. Nicolás Antonio la utilizó ampliamente un siglo más tarde para elaborar la Bibliotheca Hispana Vetus y la Bibliotheca Hispana Nova, que tuvieron en la Junta una de sus fuentes primordiales.