Un sondeo pionero en Torrecilla obtiene información en las rocas hasta a 250 metros de profundidad. El análisis de las muestras ayudará a «estimar el tamaño de los seísmos máximos que se pueden producir», anuncian los investigadores.
Han pasado cuatro años de los seísmos de 2011 pero no decrece el interés por conocer con los máximos detalles el comportamiento de la falla de Alhama de Murcia y los mecanismos de generación de los terremotos. Un proyecto de investigación en marcha que analiza varios tramos de esta falla entre Góñar y Alhama, elige a Lorca, y más concretamente las inmediaciones de la rambla de Torrecilla, para realizar un sondeo de estudio.
Esta investigación científica está coordinada por la Complutense de Madrid y en ella participan, entre otros organismos el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el Ayuntamiento lorquino y varias universidades. Un amplio equipo de expertos, entre geólogos, geofísicos y geodestas, coordinados por el grupo de Tectónica Activa, Paleosismicidad y Riesgos Asociados de la Complutense, con el profesor José Martínez Díaz a la cabeza, es el que está trabajando en el estudio.
Según Martínez Díaz, «se trata de los primeros sondeos que se llevan a cabo en España en una falla activa para entender mejor el riesgo sísmico y calcular las posibilidades de nuevos terremotos». El profesor explica que «es muy importante comprender el comportamiento sismogénico en una zona en la que existen indicios sobre terremotos en época prehistórica de hasta seis y siete grados».
El sondeo en marcha, que hasta el momento ha profundizado los primeros cincuenta metros, está previsto que llegue hasta los 250, y atravesará y obtendrá muestras de roca de una zona del subsuelo muy cercana a la situación de la falla hace millones de años. «Al ritmo que lleva la perforación, dentro de poco llegaremos a la zona de roca fracturadas que nos ofrecerá una información muy valiosa».
Muy cerca del punto de la perforación se aprecia, según los expertos, restos de materiales pulverizados como consecuencia de la fricción de la falla, que afloraron a la superficie, junto a la rambla de Torrecilla, a consecuencia del empuje del subsuelo.
El trabajo de perforación está previsto que se prolongue durante una semana y media más, y después se irán completando los estudios para que, aproximadamente, dentro de un año se pueda iniciar la presentación de conclusiones. El profesor Martínez Díaz indica que «tan importante como esta investigación en marcha es su divulgación de forma que los ciudadanos entiendan lo que hemos hecho. Hay un plan científico para, en su momento, hacer llegar los resultados de forma clara y sencilla a los lorquinos».
Un centenar de kilómetros
La falla de Alhama tiene más de un centenar de kilómetros de longitud, pero, como indica Martínez Díaz, las fricciones que originan los terremotos solo se producen, afortunadamente, en pequeños segmentos de la misma. En esta investigación, además de este tramo de Lorca, los estudios se harán en otros dos puntos entre la ciudad y Alhama.
La zona de trabajo fue visitada ayer por el alcalde en funciones, Francisco Jódar, para conocer en directo la marcha de los sondeos. Sobre el terreno y con unos planos, el profesor Martínez Díaz explicó los detalles del proyecto en lo que se refiere a Lorca, y justificó su interés porque «con las muestras de roca que se van a extraer, y tras ensayos de laboratorio, podremos estudiar la resistencia de los materiales y el comportamiento de la falla. No hay posibilidad de predecir terremotos, pero sí de estimar el tamaño de los seísmos máximos que se pueden producir en esta zona».
Para el coordinador del proyecto, que señaló solo tenía precedentes en actuaciones similares en la falla de San Andrés, en California, y en otras muy activas de Nueva Zelanda, Japón e Italia, «los datos que se obtengan de las muestras de roca que se están extrayendo del subsuelo, servirán para actualizar el cálculo de terremotos máximos esperables y evaluar la probabilidad de que se materialicen».
Además de conseguir un análisis del potencial sísmico de la zona intersegmento de la falla, este estudio quiere establecer una determinación de la estructura de la misma en tres dimensiones, mediante el uso de datos de tomografía eléctrica, perfiles de sísmica de reflexión y un perfil de magnetotelúrica. Teriando el sondeo se colocará un sistema de vigilancia sísmica.