La reunión bienal de la Real Sociedad Española de Historia Natural trae al MEH a más de 160 expertos de todo el mundo y reconoce la labor, oculta y quizás poco recordada, de los científicos José Royo y Salvador Calderón y Arana
Es la primera vez que el Museo de la Evolución Humana (MEH) acoge un congreso científico de la envergadura de la XXI Reunión Bienal de la Real Sociedad Española de Historia Natural y para sus promotores es una gran noticia. Juan Luis Arsuaga, su director científico, se felicitó ayer de que más de 160 profesores de todas partes del mundo estén trabajando en sus instalaciones «porque son prescriptores que darán proyección nacional al museo y esperemos que vuelvan con sus alumnos». Arsuaga recordó la directísima relación que tiene Atapuerca con esta sociedad científica: «La totalidad de la prehistoria anterior a la Guerra Civil y casi a la Transición se publicó en las páginas de su boletín. Allí está toda la historia de la prehistoria, los grandes nombres, los grandes descubrimientos, Atapuerca antes de Atapuerca...».
En este sentido, recordó la figura de José Royo Gómez, un científico que, como tantos, tuvo que exiliarse tras la Guerra Civil y que diseñó en 1926 una guía para la visita a Atapuerca que estaba incluida en el programa del XIV Congreso Geológico Internacional que tuvo lugar ese año en Madrid, aunque no hay constancia de que aquel paseo se llegara a celebrar porque la información que se tiene hasta el momento es confusa: «Royo Gómez fue el primero que abordó científicamente el estudio de la Sierra de Atapuerca y su entorno y que no solo habló de fósiles y yacimientos sino también de orogenia y procesos tectónicos muy interesantes».
Elena Santos y Lucía Hernández Vivanco, de la Universidad Complutense de Madrid, han recuperado y digitalizado la guía a la que Arsuaga le ha puesto prólogo. Así, los congresistas de 2015 harán este sábado una excursión con las indicaciones dadas por Royo Gómez hace 89 años.
En la misma senda de este «honrar al padre y a la madre que dicen los Mandamientos de la Ley de Dios», tal y como argumentó el director científico del MEH, la Real Sociedad Española de Historia Natural va a presentar durante su congreso la tesis doctoral de Salvador Calderón y Arana, geólogo, zoólogo y botánico español fallecido en 1911. ¿Qué interés tiene una investigación realizada en el siglo XIX para los eruditos del XXI? Pues que fue el primer trabajo sobre evolución humana que se publicaba en España cuando corrían vientos creacionistas de la peor condición. ¿Es o no el hombre un animal?, tal era su título, desapareció sin que se sepa el porqué y ahora dos científicas, Belén Soutullo y Milagros Algaba, lo han recuperado. «Un hito en la historia de la ciencia española», para el presidente de la sociedad, Agustín Pieren Pidal -quien, por otro lado, agradeció efusivamente la colaboración del MEHen esta cita científica- y un magnífico argumento para una novela negra, a juicio de Arsuaga.
Calderón y Arana fue miembro de la Real Sociedad Española de Historia Natural y su presidente en 1905 y perteneció a la Institución Libre de Enseñanza.
La primera jornada de las sesiones científicas de esta bienal, que se está centrando en la investigación y la didáctica de la evolución, tuvo lugar ayer con la conferencia inaugural de Matthias Meyer, del Instituto Max Plank. Para hoy está prevista la asamblea extraordinaria de la sociedad científica organizadora y la conferencia -abierta al público, comienza a las 20 horas- Mito y realidad del drago, a cargo de Wolfredo Wildpret de la Torre, de la Universidad de La Laguna. La colaboración entre el Museo Geominero y la Fundación la Caixa ha propiciado que el tema monográfico de la reunión gire en torno a la investigación, educación y difusión en los museos y colecciones de Historia Natural. Se proponen también otras áreas temáticas relacionadas con diferentes aspectos de las Ciencias Naturales, con especial atención a la didáctica de estas materias en la enseñanza no universitaria.
144 AÑOS DE LABOR
La Real Sociedad Española de Historia Natural nace en 1871 y en su web se presenta como creada para «el fomento de la investigación y el estudio de la naturaleza en todos sus campos, la difusión de estos conocimientos, la defensa de nuestro patrimonio natural y la contribución a la formación del profesorado a todos sus niveles en lo que a estas materias concierne». Santiago Ramón y Cajal fue su presidente en 1927 y desde 1932 figura en su nómina de presidentes honorarios.
Es la primera vez que esta entidad científica celebra una de sus bienales en una ciudad de Castilla y León.