Los escapes pequeños pero constantes de gas con efecto invernadero procedentes del entorno inmediato de pozos de petróleo o gas natural activos o abandonados son un suceso que pasa más frecuentemente de lo que podríamos creer.
Unos científicos de la Universidad de Basilea en Suiza y el GEOMAR (Centro Helmholtz de Investigación Oceánica) en Kiel, Alemania, han presentado públicamente nuevos e inquietantes datos al respecto. En su investigación han determinado que la migración del gas desde el exterior inmediato de los pozos podría ser un problema mucho mayor de lo que se suponía previamente. Los escapes de este tipo no suelen tenerse en cuenta en la actualidad por los operadores ni por los reguladores, pero podrían ser tan importantes como las emisiones que escapan directamente de pozos dañados, que son normalmente detectadas y cortadas con rapidez.
El equipo de Lisa Vielstädte (ahora en la Universidad de Stanford en Estados Unidos) y Matthias Haeckel, del GEOMAR, estima que los escapes de gas alrededor de los puntos perforados podrían constituir una de las principales fuentes de metano en el Mar del Norte.
Durante varias expediciones a campos de petróleo y gas en la zona central del Mar del Norte en 2012 y 2013, los científicos descubrieron una serie de filtraciones de metano alrededor de pozos abandonados. Curiosamente, el gas se origina en pequeñas bolsas de gas superficiales, enterradas a menos de 1.000 metros por debajo del lecho marino. Son agujereadas, simplemente, cuando se perfora en busca de los depósitos inferiores, los interesantes desde el punto de vista económico. Estas pequeñas bolsas de gas normalmente no suponen un riesgo para la propia operación de perforación. Pero, en apariencia, alterar el sedimento alrededor del pozo permite que el gas ascienda hacia el lecho marino.
Fuga de gas metano cerca de un pozo. (Foto: ROV KIEL6000, GEOMAR)
Los datos sísmicos del subsuelo del Mar del Norte muestran además que cerca de un tercio de las perforaciones penetraron en bolsas de gas superficiales, y que por tanto podrían dejar escapar metano. Considerando que se han excavado más de 11.000 pozos en el Mar del Norte, esto implica una cantidad bastante grande de posibles fuentes de metano, en palabras de Vielstädte.
Según los cálculos del equipo, la migración del gas superficial desde las inmediaciones de los pozos podría liberar entre 3.000 y 17.000 toneladas de metano desde el lecho marino del Mar del Norte cada año.
En el océano, el metano es habitualmente degradado por los microbios, lo cual hace que aumente la acidez del agua marina local. En el Mar del Norte, alrededor de la mitad de los pozos están situados en aguas con profundidades tan escasas que el metano que escapa del lecho marino puede alcanzar, sin que sea posible la intervención de los microbios, la atmósfera, donde está actuando como un potente gas de efecto invernadero, mucho más eficiente que el dióxido de carbono.