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¿Por qué la cara oculta de la luna es diferente?

buc_geo@buc.ucm.es 19 de Mayo de 2011 a las 09:07 h

De la luna vemos siempre una sola cara. En 1959 la cara oculta fue fotografiada por primera vez por la nave espacial soviética Luna 3. Y qué sorpresa: a diferencia de los "mares generalizados" de la cara vista, en la cara oculta el volcanismo basáltico se limitaba a un número relativamente reducido y las tierras altas dominaban la corteza. Un mundo diferente del visto desde la Tierra.

Por supuesto, la causa de la asimetría cara oculta / cara visible es una cuestión científica interesante. Estudios anteriores han demostrado que la corteza en la cara oculta es más gruesa, probablemente lo que hace más difícil la erupción de magmas en la superficie, limitando con ello la cantidad de basaltos en la cara oculta. ¿Por qué en la cara oculta la corteza es más gruesa? La cuestión está abierta a debate.

Las llanuras lisas de María -que en un principio los astrónomos confundieron con mares- fueron creadas por la actividad volcánica y tienen una rugosidad diferente a la de las tierras altas de la Luna, lo que refleja orígenes distintos en los dos terrenos.

Ahora, científicos del Instituto de Tecnología de California en Pasadena han elaborado el primer conjunto completo de mapas que revelan la rugosidad de la cara de la Luna. Esta especial cartografía se ha realizado con detallados datos recogidos por un instrumento del Orbitador de Reconocimiento Lunar (LRO, por sus siglas en inglés) de la NASA, construido en el Centro de Vuelo Espacial Goddard en Greenbelt, Maryland.

Al igual que las arrugas en la piel, la aspereza de los cráteres y otras características de la superficie de la Luna pueden revelar su edad. «La clave está en buscar en la rugosidad en escalas largas y cortas», explica Meg Rosenburg, principal autora del artículo que describe los resultados, publicados en el Journal of Geophysical Research a principios de este año.

La rugosidad depende de las subidas y bajadas sutiles del paisaje, una calidad que los investigadores pueden descubrir mediante la medición de la pendiente en localizaciones por toda la superficie. Para armar un cuadro completo, los investigadores examinaron la rugosidad en un rango de diferentes escalas -las distancias entre dos puntos -de 17 metros a 2,7 kilómetros-.

«Los cráteres viejos y jóvenes tienen propiedades diferentes de rugosidad», dice Rosenburg. Eso es porque los cráteres más antiguos han sido golpeados durante mucho tiempo por meteoritos, cambiando la forma original del cráter. Esta es una forma de descubrir qué cráteres son viejos y cuáles nuevos.

Al observar dónde y cómo están los cambios de rugosidad, los investigadores pueden obtener pistas importantes sobre los procesos que dieron forma a la Luna. Un mapa de la rugosidad del material que rodea la cuenca Oriental, por ejemplo, revela diferencias sutiles en el material expulsado cuando el cráter se formó por un objeto gigante que se estrelló contra la Luna.

Esa información se puede combinar con un mapa de contornos que muestra dónde están los puntos altos y bajos. «Al mirar los dos juntos, podemos decir que una parte de la cuenca Oriental no sólo es mayor o menor, sino también diferente en rugosidad», dice Rosenburg. «Eso nos da algunas pistas sobre el proceso de impacto que lanzó el material expulsado y también sobre los procesos de la superficie que más tarde actuaron para modificarlo».

[Fuente y más información: NASA, Madri+d]
 

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