La evolución de las plantas vasculares y la expansión de la vegetación produjeron cambios importantes en la conformación de los paisajes fluviales de nuestro planeta. El desarrollo de las raíces estabilizó las orillas de los ríos y arroyos, y la acumulación de restos vegetales promovió la rápida formación de los cauces de nuevos ríos.

Así lo han concluido los profesores M.R. Gibling y N.S. Davies en su artículo titulado "Palaeozoic landscapes shaped by plant evolution", publicado en el último número de Nature Geoscience.

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