De vez en cuando conviene recordar a buenos autores y buenas obras. Es el caso de Apostolos Doxiadis y su novela El tío Petros y la conjetura de Goldbach, de origen griego, uno de los novelistas cuya formación científica, especializado en matemáticas, utiliza con gran ingenio para escribir excelentes novelas como ésta. Su condición de científico le permite combinar hasta rozar la perfección ciencia y arte en cualquiera de sus actividades habituales, sea teatro, cine, investigación o literatura.

En esta novela desvela a los profanos en matemáticas muchos de sus misterios y, sobre todo, aquellos por resolver y aun por demostrar. Pero lo que más asombra al lego en esta ciencia es descubrir a través de la lectura de este libro la enorme belleza que encierran las matemáticas. Belleza a la que han sucumbido grandes matemáticos como Göedel,  Galois, Ramanujan, Hardy, el mismo Petros...Todos ellos "polillas locamente enamoradas de la luz brillante; se acercaron demasiado, se les quemaron las alas y cayeron muertos".

Quizá por su increíble belleza sea la matemática la ciencia que mejor se entiende con la música o con la poesía.

No han sido pocos los escritores, bien por su condición de matemáticos, bien por su afición a esta ciencia, que en sus obras han tratado asuntos matemáticos. Autores clásicos como el mismo Cervantes, José Cadalso, Pío Baroja, Dostoievsky, Borges, Lewis Carroll, Truman Capote, Conan Doyle, o los contemporáneos Umberto Eco, John Banville, Martin Amis, Nicanor Parra; en nuestro país, Javier Cercas, Ángel Chica, Bernardo Atxaga, y un largo etcétera.

Ver también el post sobre El tío Petros y la conjetura de Goldbach en el blog de la Biblioteca Complutense Sinololeonolocreo